La aplicación Telegram, cuyos servicios están suspendidos desde el miércoles en Brasil por haberse negado a ofrecer datos sobre grupos neonazis que difunden mensajes de odio, dijo este jueves que presentará un recurso contra la medida por considerar que los datos solicitados son imposibles de obtener.
La aplicación alegó igualmente que, así como ocurrió en el pasado en China, Irán y Rusia, puede abandonar Brasil en caso de que las leyes locales amenacen su misión de promover la libertad de comunicación o le impongan exigencias tecnológicamente inviables.
«En Brasil un tribunal nos solicitó datos que son tecnológicamente imposibles de obtener. Presentamos un recurso contra la decisión y aguardamos una decisión final», afirmó el cofundador de Telegram, Pavel Durov, en un mensaje que publicó en su cuenta en la red social.
El ejecutivo agregó que, «sin importar el costo, defenderemos nuestros usuarios en Brasil y su derecho a una comunicación privada».
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La aplicación de mensajería dejó de funcionar en la noche del miércoles en Brasil luego de que un tribunal del estado de Espíritu Santo ordenara la suspensión «temporal» de los servicios por su negativa a colaborar con una investigación penal.
El mismo tribunal impuso una elevada multa a cada día que Telegram demore en entregar a las autoridades los datos de usuarios que difunden discursos de odio, que, según las autoridades, han incentivado una ola de violencia en las escuelas del país.
El ministro de Justicia, Flávio Dino, dijo que el propio Gobierno solicitó la medida judicial porque la empresa no ha entregado a las autoridades los datos de usuarios que mantienen perfiles de un claro corte «nazi y neonazi».
Según el ministro, los datos fueron solicitados en el marco de un proceso que investiga «la violencia que se ha desatado contra los niños y los adolescentes» en Brasil.
Aludió así a una ola de ataques y amenazas contra escuelas que comenzó a inicios de este año y que ya ha causado incidentes en centros educativos de varias ciudades, el más grave de los cuales en Blumenau, donde un hombre de 25 años invadió una guardería y asesinó a cuatro niños e hirió a otros cinco.
Durov alegó que Telegram no entregó los datos debido a la imposibilidad tecnológica de obtenerlos y dijo que la aplicación aprecia más sus principios de libertad que la posibilidad de operar en un mercado del tamaño de Brasil.
«En los casos en que las leyes locales contradicen nuestra misión o imponen requisitos tecnológicos inviables, a veces tenemos que abandonar esos mercados. En el pasado, países como China, Irán y Rusia prohibieron Telegram debido a nuestra posición de principio sobre el respeto a los derechos humanos. Tales hechos, aunque infelices, son preferibles a tener que traicionar a nuestros usuarios o las ideas con las que fuimos fundados», agregó.
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