Telescopio

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Desastres nucleares.-  En medio de miles de muertos, desaparecidos y ruinas por el terremoto y el tsunami, Japón lucha  por enfriar los reactores de la planta nuclear Fukushima, y evitar una catástrofe. La instalación averiada por los desastres mencionados, quedó sin sistema de enfriamiento,  obligando a los técnicos usar helicópteros y camiones cisternas para lanzarle agua. La crisis nuclear de Japón, que tiene al mundo “con el corazón en la boca”, no es la primera y a lo largo de la historia se pueden citar otras.  En 1957 un incendio de  un reactor produjo una fuga de radiación  que contaminó 500  kilómetros cuadrados en Windscale, Inglaterra. Ganado y cultivos debieron ser destruidos. Del “fallo” se reportaron 33 muertes. En 1958 los rusos desalojaron más de 10 mil personas tras la explosión de desechos radiactivos en una fábrica de armas en Kyshtyn. El 28 de  marzo de 1979 EEUU viviría su peor “accidente nuclear” hasta ahora,  cuando fallas humanas y mecánicas impidieron el enfriamiento de un reactor en la central de Three Mile Island en Pensilvania. Se formó una nube radiactiva que obligó el desalojo de 140 mil personas. En años más recientes, Japón ha sido escenario de “accidentes” nucleares que han costados decenas de vidas como el de Tokaimura en septiembre de 1999, donde murieron 50 personas. También en las ciudades de Mihama y Kashiwazki se reportaron algunas muertes. Francia enfrentó una crisis en 1999 cuando una planta se anegó de agua y tres reactores  se apagaron.

Chernobyl.-  El 26 de abril de 1986 un reactor de la central soviética de Chernobyl, Ucrania, explotó. El combustible  ardió durante 10 días y llenó la atmósfera de elementos radiactivos equivalente a 200 bombas de Hiroshima.  Las cifras de muertes aún se discuten, y algunos grupos siguen contando. Chernobyl es considerado el “accidente” nuclear más grave. Las autoridades cifraron en 25 mil las muertes. Expertos estiman que el “desastre” mató 100 mil personas, pero Greenpeace eleva la cifra a 200,000. Hoy Chernobyl es símbolo de niños cancerígenos y deformados. Y la palabra “Chernobyl”, para muchos, es sinónimo de desastre, catástrofe o Apocalipsis.

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