RD más cerca de Arabia.-  República Dominicana  estableció esta semana relaciones diplomáticas con Arabia Saudí. El protocolo fue firmado por el canciller dominicano Carlos Morales Troncoso y el representante saudí en las Naciones Unidas, Abdalah Ali-Mouallimi.  El acto se realizó en la sede de la Misión Permanente del país árabe en la ONU. El comunicado resalta que es “el primer paso hacia una fructífera cooperación en los campos  políticos, económicos y cultural”, entre ambos países.

 Arabia, la cuna de Mahoma.-  El Reino de Arabia Saudita o Arabia Saudí se extiende sobre la península Arábiga, desde el mar Rojo  hasta el golfo Pérsico. Limita con Jordania por el Norte y Noreste. Con Kuwait, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos por el Este. Con Omán por el Sureste, y Yemen, al Sur. Tiene una extensión  de 2,149,690 kilómetros cuadrados, y su población se estimaba en 2008, en 27,601,038 habitantes.  Su capital y ciudad más poblada es Riad. Arabia Saudita posee la segunda reserva de petróleo del mundo, según la OPEP, que la estima en 264,516 millones de barriles.  Venezuela tiene el primer lugar pues sus reservas se estiman en 301,501 millones de barriles. Arabia es gobernada por una dinastía absoluta apoyada en principios islámicos. Tiene los lugares más sagrados del Islam: la mezquita de Masjid al-Haram  en La Meca, y la de Masjid al-Nabawi en Medina. Un musulmán debe de ir aunque sea una vez en su vida a La Meca, cuna del profeta Mahoma.

La casa de Saud.-  Arabia es miembro sobresaliente de la Liga Árabe, y ha jugado un importante rol en el conflicto Israel-palestinos. Actualmente gobierna en Arabia el rey Abdalá bin Abdelaziz,  último eslabón de la  dinastía de la “Casa de Saud”,  familia dueña absoluta de tan inmenso  terreno, pero bajo la lupa de la ONU, Amnistía y Human Rights Watch por violar libertades fundamentales. En Arabia, por ejemplo, las mujeres no votan, ni integran el gabinete, y ni siquiera un carro pueden conducir.  Pero la “Casa de Saud» es aliado y socio “full” de las grandes economías de occidente. ¡Qué petróleo que abre puertas!