Un ataque de bragas. El pasado domingo, cinco mujeres con sus pechos desnudos acorralaron frente a una parroquia de Madrid, España, al presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Antonio María Rouco Varela, y le lanzaron bragas, pantis en buen dominicano, manchadas de rojo, mientras vociferaban consignas a favor del aborto. Las féminas dijeron ser parte del grupo “Femen”, y su acción en España es en contra del anteproyecto de reforma de la ley que restringe el aborto. Pero, ¿quiénes son en verdad estas mujeres?

Protestan semidesnudas. Femen es un grupo feminista ucraniano fundado en 2008 por Anna Hutsol, con el fin de enfrentar el turismo sexual y trata de mujeres en Ucrania. Otros objetivos del grupo son combatir instituciones religiosas, agencias de matrimonio internacionales y todo tipo de sexismo. Algunos de sus actos han cruzado la frontera. El 17 de agosto de 2012, el grupo derribó una cruz de cinco metros muy venerada en Ucrania. Otro ataque en 2012 fue contra el patriarca de Moscú, Cirilo I, a quien persiguieron con sus senos al aire. También en 2012, cinco activistas de Femen resonaron las campanas de la catedral de Santa Sofía de Kiev, en una protesta contra una reforma de ley que pondría fin a los abortos en Ucrania. En mayo de 2013 varias de ellas se desnudaron en la catedral de Notre Dame, y fueron apresadas.

Contra Putin. Otra protesta de impacto la realizó una activista en noviembre de 2011 cuando se desnudó en la Plaza San Pedro en el Vaticano mientras mostraba un cartel que decía “Libertad para las mujeres”. El grupo, que se estima tiene 300 integrantes, y tiene células en ciudades como Varsovia, Zurich, Roma, Tel Aviv y Río de Janeiro, insultó en noviembre de 2013 al presidente ruso Vladimir Putin cuando visitaba Alemania. Este viernes volvieron a lanzar consignas contra Putin en la embajada rusa en Berlín, por su posición sobre los homosexuales. Hay analistas que resaltan el arrojo de estas jóvenes al enfrentar religiones como el Islam, algunos las ven como vándalos sin discurso político y metas confusas, pero la mayoría no repara en su ideología, si es que la tienen, sino en ver sus bellos pechos al viento, que las identifica.