Telescopio

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Libia, sepultada a bombazos… y mentiras.-  Celebraba a media semana –con bombos y platillos- el señor Mahmud Yibril el “palo” que significó la falsa noticia del apresamiento del hijo de Muamar al Gadafi, Seif al Islam.  Yibril, primer ministro, vocero y rostro visible del llamado Consejo Nacional Transitorio libio (CNT), y quien habló desde Doha, dijo que “la mentira” facilitó el avance rebelde e hizo que once países reconocieran al CNT. El impacto fue tal que “un gran número de militares, entre ellos altos oficiales, entregaron sus armas” después que se difundiera la “noticia”. La falsedad fue demostrada posteriormente por el propio Al Islam en una aparición ante simpatizantes y medios de comunicación. Pero el palo estaba dado, y la mentira ayudaba a hundir a Gadafi.

Gran Jamahiriya Árabe Libia.- Bautizada con ese hombre por Gadafi en los años 70, Libia es un inmenso territorio de 1,759,540 kilómetros cuadrados y una población de 6 millones y medio de habitantes. Situada al norte de Africa, comparte frontera con Argelia al oeste, Níger y Chad al sur, Sudán al sureste y Egipto al este. Su costa está sobre el mar Mediterráneo. La economía de Libia es la sexta de Africa, después de Sudáfrica, Nigeria, Egipto, Argelia y Marruecos. El petróleo constituye el 95 por ciento de sus exportaciones. También produce gas.  En Túnez y Egipto, la ira popular destronó a Ben Alí y  Mubarak, respectivamente, pero en Libia, este sueño no floreció, y en estos momentos, las grandes potencias  han montado un  “teatro” y hacen creer que “pistoleritos en chancletas” han tumbado al “Hombre del Libro Verde”. Pero en Libia, el  verdadero infierno lo han puesto las miles de bombas de la OTAN y la logística de los aviones “invisibles” y “depredadores” de EEEUU. ¿Cuántas vidas costará este petróleo?

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