Telescopio

Inmigrantes hacia Europa.– El flujo de inmigrantes africanos hacia Europa ha aumentado en los últimos días, convirtiendo el mar Mediterráneo en un dantesco infierno de cadáveres. El martes pasado, Italia anunció el rescate de 98 personas que tenían 12 días al garete. El lunes murieron 40. Y pese las autoridades europeas cifrar en miles las vidas salvadas en el mar, a finales de abril 900 migrantes se ahogaron al naufragar su embarcación frente a Libia. Días después otra barca se hundió con 400 personas. La Organización para las Migraciones Internacionales (OIM) señala que entre enero y abril solo en Italia han llegado por mar de forma ilegal 25,000 migrantes, cifra parecida a la de 2014, pero resalta, que la cantidad de muertos y desaparecidos se ha multiplicado. El mar es su tumba.

¿De dónde salen estos viajeros?.- Según la misma OIM, autoridades italianas y organizaciones como Save the Children, que entrevistan sobrevivientes, la mayoría de migrantes proceden de Libia, Siria, Somalia y Eritrea. Libia es desde la ejecución de Muamar Gadafi en octubre de 2011 tierra de nadie. La gran Siria de Bashar al Assad libra una verdadera guerra en donde rebeldes, aupados desde el extranjero, tratan de tumbar al presidente. Somalia, por su parte, hace mucho que dejó ser un país para convertirse en la suma de parcelas en mano de grupos anárquicos. Y Eritrea es un país bien mordido por la pobreza extrema.

Una África saqueada.- Las muertes que rodean las migraciones por el Mediterráneo conmovieron días pasado al papa Francisco, quien llamó a la comunidad internacional a enfrentar con valentía el drama. El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, viajó a finales de abril en un buque militar italiano hasta la zona de Sicilia y señaló que las muertes en el mar son “una de las peores crisis humanitarias desde la Segunda Guerra Mundial”. Frente al éxodo citado, Italia ha pedido ayuda al Unión Europea y ha anunciado algunas medidas para enfrentar a los traficantes de inmigrantes y destruirle sus embarcaciones. ¿Será esa la única solución? ¿Y el hambre, la violencia y la desolación que asola África? La misma África saqueada y mordida por Europa.