A matar kurdos.- Enarbolando la bandera antiterrorismo, Turquía bombardea desde hace días poblaciones kurdas. El legendario país cuenta con el apoyo de la Organización de Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y con la “dejadez” de Estados Unidos, que quizás por el momento, ve en Turquía un socio estratégico en su combate al “Estado Islámico”, grupo sunita que planea declarar un califato con pedazos de Irak y Siria, y que los “souvenirs”, que de vez en cuando envía a Occidente, son las cabezas que corta a sus rehenes. Y Turquía aprovecha el complejo panorama, y retoma su lucha contra un viejo enemigo: el Kurdistán turco.
¿Pero quiénes son los kurdos? ¿Y el Kurdistán?.– A finales de los 80, en plenos estertores de la guerra Irak-Irán, el mundo fue sacudido por las matanzas y deportaciones violentas que padecieron grupos étnicos en Irak y en la lista figuraban los kurdos, contra quienes Saddam usó gases químicos. Se estima que los kurdos, quienes carecen de un Estado, suman unos 30 millones y están repartido en Turquía, Siria, Irak e Irán, en una región que ellos llaman el Kurdistán. El levantamiento kurdo en Turquía dirigido por el Partido de los Trabajadores de Kurdistán PKK (en la lista de los grupos terrorista de EEUU y Europa), cuyo presidente, Abdullah Öcalan, es un reo de Turquía, es una hoja de sangre en la historia de esa región por su autonomía. Y ha sido condenado o apoyado de acuerdo a las conveniencias de las potencias.
De Turquía a Siria.- No poco expertos cuestionan los tambores de guerra de Turquía, ya que los yihadistas del Estado Islámico tienen meses atacando zonas turcas y solo los kurdos respondían el fuego. ¿Qué cambió el pensar de los turcos? Turquía señala que el detonante fue el atentado que el pasado lunes dejó 32 muertes cerca de Siria, y culpa a militantes del PKK, con quien se firmó una tregua en 2013. Mucho creen que los ataques buscan inflar el nacionalismo turco y así, quizás, el gobierno del primer ministro, Recep Tayyid Erdogan, logre un gran apoyo del Congreso. También ha dado luz verde a EEUU para el uso de una base, que no pocos descartan se use para vigilar más de cerca al presidente de Siria, Bashar al Asad, quien no le cae bien a Washington.