En medio de los preparativos para la cumbre con el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el rompimiento del acuerdo nuclear con Irán. Para lanzar el pacto al zafacón, Trump argumentó que esa fue una promesa de campaña, que Irán seguía enriqueciendo uranio, y que muchas instalaciones iraníes no eran inspeccionadas por miembros de la Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). La decisión del presidente cayó incómoda a nivel internacional.
Puntos del pacto.- El acuerdo nuclear con Irán fue firmado en Viena en 2015 por el entonces presidente Barack Obama. En el tratado los iraníes se comprometían a no enriquecer uranio por encima del 3.67% por 15 años. (Para fines pacíficos sólo se requiere de un enriquecimiento de un 5%, para un armas nuclear, un 90%). Otro compromiso era reducir su reserva de uranio y centrifugadoras. Así como modificar una de sus plantas y reactores, y facilitar las inspecciones de la OIEA, entre otras limitaciones. En cambio, en 2016 Estados Unidos y la Unión Europea quitaron un paquete de sanciones que Irán tenía años arrastrando.
Irán quiere su “bomba”.- La anulación del pacto con Irán se suma al largo rosario de medidas y políticas de sus antecesores que Trump ha desmontados. Igual suerte corrieron el acuerdo del clima de París, los acercamientos con Cuba que Obama avanzó. Y el acuerdo comercial transpacífico. Pero volviendo a Irán, hay que tener presente que lo único que buscan los iraníes es su bomba atómica, tal como la tienen los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (EEUU, Rusia, China, Francia y Reino Unido), al igual que Pakistán y India. (Se cree que Israel y Corea del Norte tienen algo). Expertos estiman que solo es cuestión de tiempo para Irán lograrlo. ¿O será Irán el próximo Irak a destruir en el complejo tablero de la crisis de Medio Oriente?