Mientras la aviación de Rusia y Siria reducen a cenizas los últimos reductos de las milicias del grupo Estado Islámico -el mismo que cortando cabezas buscaba crear un califato con partes de Irak y Siria- brotes de este esperpento que mata en nombre de Alá germinan en otros predios sembrando desasosiego y dolor. Un ejemplo es la presencia de esta milicia en Libia, pozo petrolero que desde el derrocamiento y muerte del pintoresco Muamar Gadafi en octubre de 2011, no ha tenido estabilidad, y es hoy un mosaico de guerrillas armadas con kalashnikov, tanques, municiones, misiles y cascos luchando por cada metro de tierra, mientras otros miles, toman barcas y se lanzan a morir al Mediterráneo.
Tierra de Gadafi.- El Estado de Libia forma, junto con Mauritania, Marruecos, Argelia y Túnez, el llamado “Magreb” o poniente de África. Tiene 1,759,540 kilómetros cuadrados y unos siete millones de habitantes. Su capital es Trípoli. Sobre Gadafi se puede decir que encabezó un régimen de mano dura durante 42 años. El “Gran Hermano”, como gustaba ser llamado, pasó de un joven de disciplina militar a una figura de eco internacional, que a pesar de estar bajo la lupa de organismos internacionales que lo vinculaban con represión y violación a los derechos humanos, supo mover fichas en el tablero mundial usando el petróleo como divisa. Pero nunca le perdonaron que financiara revoluciones y su ligazón con el derribo del jumbo Pan Am sobre Lockerbie, Escocia, donde murieron 259 personas. Y Gadafí fue barrido por la “Primavera árabe” , EEUU y la OTAN, y el caos y la violencia han triunfado en Libia.
Pese pagar sus orgías.- Hoy, minada de grupos armados, en Libia dos grandes fuerzas se pelean el control. En Trípoli funciona el Gobierno del Acuerdo Nacional (GNA), reconocido por EEUU, Europa y la ONU. Otra fuerza es el Ejército Nacional Libio (LNA) bajo el mando del general Jalifa Haftar, con un gobierno paralelo desde 2014 y apoyado por Egipto y Emiratos Árabes Unidos. Mientras Libia es un arsenal a cielo abierto y refugio de extremistas extranjeros, los libios mueren en el Mediterráneo, pues Europa poco a poco le cierra la puerta. Y pensar que con el petróleo libio Gadafi pagó orgías a los líderes europeos.