El caso de Snowden.-  Pese haber pedido asilo a cerca de 30 países  el extécnico de informática de la CIA, Edward Snowden, cumplió este sábado trece días alojado en el aeropuerto Sheremetyevo de Moscú, Rusia, sin pasaporte, en pleno limbo y sin un claro desenlace de su caso. Snowden, de 30 años, es pedido por Washington tras revelar desde Honk Kong como EEUU utiliza la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, en inglés) para espiar al mundo entero, incluido a sus propios ciudadanos. Alguien comparaba la NSA con una enorme aspiradora que absorbía hasta los secretos de cama.

Vivir en un aeropuerto.-  No es la primera vez que una persona se refugia en un aeropuerto. El experiodista japonés Masaaki Tanaka, de 44 años, duró un mes en 2011 en el aeropuerto Internacional de Taiwán, sin dinero y visa. Hiroshi Nohara, otro japonés de 46 años duró cuatro meses en el aeropuerto Internacional de Benito Juárez de Ciudad de México en 2008.  La iraní Zahra Kamalfar y sus hijos Davood y Ana, pasaron 10 meses en el aeropuerto Sheremetyevo de Moscú –donde se encuentra Snowden- tras huir de Irán en 2006. El arquitecto alemán Rene Becker, de 59 años, pasó cuatro años en el aeropuerto de Palma de Mallorca, España. El hombre llegó al aeropuerto en 2007 –tras enterarse de haber sido traicionado por su esposa- y abandonó el lugar en 2011.

Inspiró a Spielberg.-  Pero quien rompe el record es el iraní Mehran Karimi Nasseri (también llamado Sir Alfred Mehran) pues vivió 18 años en el aeropuerto de París-Charles de Gaulle, Francia,  entre 1988 y 2006, tras ser expulsado de Irán. Nasseri inspiró al director Steven Spielberg a rodar la película “La Terminal” protagonizada por Tom Hanks. Pero volviendo a Snowden, centro de la prensa mundial, y a quien el largo brazo de EEUU impide que cualquier país lo acoja (Italia, Francia, Portugal y España impidieron el aterrizaje del  presidente boliviano Evo Morales sólo por temor que este llevara a Snowden en su avión), luce tener pocas barajas en las manos y quizás tenga que optar por un país latinoamericano o callar como le pidió el presidente ruso Vladimir Putin y quedarse en Rusia. En la Guerra Fría, Snowden valiera “oro molido”.