Hijos de dioses en tierra de hambre-.  Además de la pobreza, corrupción y desigualdad, a los regímenes  árabes se le cuestiona la longevidad y el traspaso hereditario del poder. El derrocado presidente de Túnez, Zine el Abidine ben Alí, tenía ya 23 años gobernando. El de Egipto, Hosni Mubarak, que se aferra al poder con “uñas y dientes”,  tiene casi 30 años. Esta longevidad es compartida por otros mandatarios  del Magred  y sus entornos. En Argelia, Abdelaziz Buteflika, tiene once años en el gobierno. Igual tiempo tiene el rey de Marruecos, Mohamed VI. En Arabia Saudí, el rey Abdalá bin Abdulaziz, tiene cinco años en el gobierno. Heredó a su hermanastro. Abdalá II, de Jordania, Bachar al Asad, de Siria, y Hamad bin Isa al Jalifa, de Bahrein, recibieron el poder por herencia al morir sus padres y tienen cada uno once años en la cima. En Yemen, en donde también soplan vientos de reformas, gobierna Alí Abdalá Saleh. El señor Saleh tiene 68 años de edad y 32 lo ha pasado gobernando. Pero el “dinosario” ganador está en Libia. Muamar el Gadafi tiene 41 con las riendas en sus manos. Esta longevidad da sus frutos. En su entrevista con Christiane Amanpour, Mubarak dijo que “deseaba morir en Egipto”, y su amor se entiende: en sus años “subido en el palo” ha amasado, según estimaciones, 40,000 millones de dólares. Y África con hambre.

Redes sociales.-  En su anecdotario bohemio, el ya fallecido cantautor Luis “El Terror” Días contaba que una vez al ser detenido en una protesta en la UASD fue acusado de lanzar piedras, lo que rechazó y aclaró que su especialidad era “devolver bombas”. Ahora, en las manifestaciones, bajo humo y petardos, se  agrega el “combatiente” con  el Blackberry en la mano. La represión, los disparos y macanazos en Egipto no han podido con los mensajes breves en las redes sociales. Recordemos que en Dominicana se usó con éxito en las jornadas de protestas contra la cementera que se quería instalar en  Los Haitises. También en las concentraciones para pedir el “4% para la Educación”, Twitter y Facebook,  juegan un rol estelar.