Sequía castiga Latinoamérica.- Mientras en el sudeste de Asia Tailandia, Camboya, Vietnam, Laos y otros vecinos- los monzones anegan la tierra, en la otra cara del planeta, específicamente Latinoamérica, la falta de agua causa grandes estragos. En México, 19 de sus 32 estados sufren una implacable sequía, que ha dejado más de 100,000 indígenas damnificados dependiendo de ayuda gubernamental. También 800,000 hectáreas no han podido ser cultivada. Argentina, uno de los cinco mayores productores de granos del mundo, tiene cinco provincias en emergencia. Buenos Aires, La Pampa, Misiones, San Juan y Neuquén están bajo una fuerte sequía. En 2008 los argentinos sufrieron en carne viva una escasez de lluvia que causó la pérdida de 35.4 millones de toneladas de granos. La sequía también ha desembarcado en Paraguay, en donde esta semana el presidente Fernando Lugo declaró una emergencia alimentaria por 3 meses, y señaló la urgencia de socorrer 313 aldeas de campesinos e indígenas. Los cultivos más afectados en Paraguay son la soja, su principal fuente de ingresos, algodón, maíz, sésamo y maní. Ahora a la reducción de tierra para siembra, la migración hacia la ciudad, la falta de política hacia el campo, las plagas, la resistencia que han creado algunos virus, y los riesgos sanitarios en la producción de alimento, que cita Paul Roberts en su texto El hambre que viene. La crisis alimentaria y sus consecuencias, se une el fenómeno afmosférico que llaman La Niña, que cada año arrasa más cosechas y plantaciones, dejando más estómagos vacíos.
Récord sangriento.- Aunque suena a título de un filme de Arnold Schwarzenegger, Chuck Norris o Jean-Claude van Damme no es película. Pues resulta que mientras socorristas y bomberos, que salvaron vidas entre las ruinas de las Torres Gemelas luego del 11-S, aun luchan por indemnizaciones, pues algunos padecen enfermedades catastróficas, el francotirador estadounidense Chris Kyle va raudo camino a la gloria en condecoraciones por matar gente a cinco por chele, como diría papá, en Irak. Kyle, quien se jactó en la BBC al decir que mató 255 personas en suelo iraquí, dice no tener remordimiento alguno por lo hecho, lo que un amigo me ha comentado, que quizás el tirador, que ya tiene hasta una empresa de francotiradores, quiera entrar a Guinness con este récord sangriento.