Corrupción en AL.- La corrupción es un gigante de fuertes pisadas en Latinoamérica, en donde los gobiernos de Brasil, Argentina, Chile, México, por citar algunos, han sido sacudidos recientemente por sus embestidas. En Brasil, Petrobras y otros escándalos han hecho rodar funcionarios de Dilma Rousseff. En Argentina, el vicepresidente Amado Boudou fue llevado a los tribunales por falsificar documentos públicos. En Chile, el hijo y la nuera de la presidenta Michelle Bachelet, son acusados de uso de tráfico de influencia. Y en México, el presidente Enrique Peña Nieto y su esposa, Angélica Rivera, fueron acusados de adquirir una vivienda del Grupo Higa filial de un consorcio que ganó una licitación millonaria para construir un tren.
En Centroamérica.- El istmo es olla de presión, y por ejemplo, en Honduras, días pasados miles de personas, con antorchas en las manos, pedían la cabeza del presidente Juan Orlando Hernández, a quien vinculan con el desvío de miles de dólares del Seguro Social para su Partido Nacional. Otro con el agua puesta es el expresidente de Panamá, Ricardo Martinelly (1994-1999), ausente de su país, pero que es acusado de abultar un contrato por 45 millones de dólares en la compra de comida deshidratada para escuelas. Martinelly también es acusado de interceptar llamadas de 150 personas. Hay exfuncionarios detenidos.
También en RD.- En El Salvador, el expresidente Francisco Flores (1994-2004) es enjuiciado por el desvío de 10 millones de dólares donados por Taiwán para financiar la campaña en 2004. Y en Guatemala, en donde la ira popular obligó a la vice Roxana Baldetti a renunciar el pasado 8 de mayo, implicada en una red de defraudación fiscal, la furia no se detiene y los guatemaltecos presionan para que el Congreso le retire la inmunidad al presidente Otto Pérez Molina para enjuiciarlo. Molina es vinculado a dos casos de corrupción: defraudación aduanera por millones de dólares al fisco, del cual se ignora el monto, y por fraude al seguro social por 15 millones de dólares. De la FIFA es mejor no hablar. En RD, la corrupción mina sociedad e instituciones como hidra maldita. Y es anhelo de muchos ver rodar cabezas… algún día.