Disturbios en Tierra Santa.- Como diminutas chispas, desde finales de octubre han estallado disturbios en territorio palestino y zonas de Israel, que expertos estiman podrían sepultar el fracasado diálogo y desatar la tercera Intifada. La violencia ha cobrado la vida de seis personas en dos “raros atropellos” dirigidos por palestinos contra israelíes, dos muertes a cuchilladas en Cisjordania y Tel Aviv, la herida mortal al rabino Yehuda Glick, y la quema de una mezquita y una sinagoga. Y tienen como telón de fondo el cierre y posterior apertura, por parte de Israel, de la Explanada de las Mezquitas. ¿Qué guarda este lugar que tanta ira desata?

La Explanada de las Mezquitas.- Monte del Templo para los judíos, Haram al Sharif (el Noble Santuario) para musulmanes, es un lugar con una gran carga religiosa. Tiene 14 hectáreas y se ubica en la ciudad vieja de Jerusalén. Entre sus monumentos-santuarios figura la Mezquita de Omar o Domo de la Roca. Erigida en 691, tiene, según la tradición islámica, la piedra sobre la que Abraham iba a sacrificar su hijo, y el lugar del ascenso del Mahoma al cielo sobre un mitológico caballo alado de nombre Buraq. Aquí estuvo el Sancta Sanctórum, la parte más sagrada del tabernáculo que guardaba el Arca de la Alianza. Otro lugar santo es la Mezquita de Al-Aqsa construida en 705. Se dice que en ese lugar pernotó el Profeta tras su viaje.

Muro de las Lamentaciones.- Dentro de las Explanada figura el famoso Muro de las Lamentaciones en donde hasta la estrella de pop Madonna dejó un papel escrito en una rendija. El Muro es el último vestigio del Segundo Templo destruido por el general Tito en el año 70. Para los judíos, el Muro es el sitio donde se levantará el tercer templo cuando llegue el mesías. Sobre los disturbios en la Explanada, que ayer amainaron, EEUU envió a su secretario John Kerry a dialogar con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, el presidente palestino Mahmud Abás, y el rey de Jordania, Abdalá II, quien vela por la seguridad del santo lugar desde 1967. Ojalá predomine la calma y no se opaque la cadena de reconocimientos, que luego de Suecia, se aprestan a anunciar países europeos al Estado Palestino, e Israel no puede ocultar su ira.