Telescopio. EU desembarca en Cuba

Pese la tensión que vive Francia tras la cacería de islamistas por la matanza en el semanario Charlie Hebdo, o la incertidumbre de Argentina, por la muerte del fiscal Alberto Nisman, quien acusó a la presidenta Cristina Fernández de encubrir a Irán en el caso del atentado de 1994 a la mutual judía AMIA, la noticia de la semana es el inicio de las conversaciones entre Estados Unidos y Cuba para restablecer relaciones diplomáticas. Los primeros contactos, miércoles y jueves pasados, son frutos del anuncio que hizo el presidente de EEUU, Barack Obama, el 17 de diciembre. Anuncio abalado por el mandatario de Cuba, Raúl Castro, ese mismo día.

EU y sus demandas.- La delegación de EEUU la encabezó la secretaria adjunta para los Asuntos del Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson. Aunque el fin es retomar las relaciones y abrir embajadas (el embargo o bloqueo no se sabe pues es una ley que debe de ir al Congreso de EU), entre los primeros puntos tratados figura el levantamiento de restricciones a los diplomáticos de EU para recorrer la isla. EEUU pide que se permita el libre acceso a la Sección de Intereses de EEUU en La Habana (SINA), oficina producto de los contactos de Fidel Castro y Jimmy Carter en 1977. Otro tema fue el de los presos u opositores.

La cara de Cuba.- Los negociadores cubanos fueron liderados por la directora para EEUU del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Josefina Vidal. Además de que se levante el embargo, a Cuba le interesa que Washington la retire de la lista de países que apoyan el terrorismo. Cambios en las reglas migratorias y mejorías en su oficina de Sección de Intereses en Washington. Otros temas, que quizás se abordarán más adelantes, son las propiedades estadounidenses nacionalizadas por Fidel en los años 60 y la base de Guantánamo, que alberga la cárcel que Obama prometió cerrar. Y mientras en La Habana dos damas hermosas, Roberta Jacobson y Josefina Vidal, se arman de valor y rompen el hielo, en Miami, exiliados cubanos maldicen a Obama y a Raúl, y quizás sin saberlo, queman los últimos cartuchos de una “lucha” que en otro tiempo llenó los bolsillos de muchos. Ahor+a, soplan otros vientos.