Trump y el muro.- Sometido más al rigor de su cargo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pronunció el martes su primer discurso ante el Congreso. Usando citas bíblicas y de los expresidentes Abraham Lincoln y Dwight David Eisenhower, Trump enumeró políticas a seguir: relanzar la economía y la industria, revisar el TLC con Canadá y México, más dinero para el Departamento de Defensa y arreciar el combate a la delincuencia y el terrorismo. Además de expulsar a los indocumentados peligrosos y borrar la reforma sanitaria de Obama. Y aunque no arrojó mucha claridad sobre la reforma migratoria, sobre su polémico muro fronterizo fue contundente y anunció su pronto inicio.
Un mundo de barreras.- Los muros como protección no son cosas nuevas. La historia recoge un sinnúmero de estos monumentos. Desde la antigüedad, aldeas africanas usan cercos de palos espinosos para ahuyentar las fieras. Y los mismos castillos europeos eran verdaderas paredes impenetrables. Pero quizás el más simbólico sea la llamada Muralla China. Y el de más triste recuerdo y vergüenza sea el muro de Berlín. Hoy se busca frenar inmigrantes, narcos o terroristas, y para tales fines en el mundo hay unos 70 muros, según Elisabeth Vallet, directora del Observatorio de Geopolítica de la Universidad de Quebec. Vallet destaca que hay vallas que tratan de frenar conflictos como el de Chipre, las Coreas, Pakistán y la India. Su trabajo enumera la cantidad de barreras que predominan en el mundo desde Irlanda del Norte hasta la verja que levantó Francia en Calais y la que construye Hungría para frenar los migrantes. (En otra columna sería bueno citar todos estos muros.)
No impiden pasar.- Pero volviendo al muro de México es bueno recordar, que el plan de bloquear a los mexicanos fue una de las promesas electorales de Trump, y no se sabe qué tanto influyó en su triunfo. En su discurso, el presidente dijo sobre el muro, el cual podría costar 20,000 millones de dólares (dinero, por cierto, EEUU quiere que México pague) “será un arma muy eficaz contra el crimen y las drogas”. Y sobre este particular, Vallet dice que los muros “sirven para disuadir y enlentecer, pero jamás impiden pasar”.