Como si no bastara con los muertos de las últimas manifestaciones, los apresamientos, quitarles la inmunidad a legisladores opositores y desconocer las funciones de la Asamblea Nacional (Parlamento), ahora el presidente Nicolás Maduro anuncia el retiro de Venezuela de la Organización de Estados Americanos (OEA) disgustado por la convocatoria de una reunión de cancilleres para analizar la situación del país. ¡Par`carajo la OEA!, ha sentenciado Maduro al insistir que su país no volverás jamás a la organización. Y aunque entendidos en la materia señalan que el proceso de abandonar la OEA tardaría dos años y debe pasar por la Asamblea, de darse, será el primer caso, pues lo de Cuba fue una expulsión.
¿Qué ha pasado en Venezuela?.- Desde los tiempos de Chávez ya persistía una gran división en la sociedad. Con la llegada de Maduro en 2013 al poder creció la presión de la oposición. Sumado esto a problemas como una alta inflación, falta de moneda, escasez de productos básicos, inseguridad, presiones para hacer un referéndum revocatorio, fallidos intentos de entablar un diálogo, más una que otras metidas de pata del gobierno, reprimiendo, apresando y desconociendo poderes, han convertido a Venezuela en un volcán en erupción. La OEA, Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea, y una hilera de países vecinos han reaccionado buscando mediar y zanjar la crisis, pero cada día la situación se enreda más.
Un panorama oscuro.- En medio de las protestas de esta semana la Asamblea Nacional, desconocida por el gobierno, sesionó en una calle de Caracas y hizo un llamado para que la comunidad internacional medie, pero también insistió en la convocatoria de elecciones presidenciales. Ya por Venezuela han desfilado figuras como los expresidentes José Luiz Rodríguez Zapatero, Martín Torrijos y Leonel Fernández, tratando de sentar al gobierno a la oposición agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Al parecer, y no hace falta una bola de cristal, la situación de Venezuela se ha polarizado tanto que es difícil acercar posiciones. Y a cada manifestación opositora el gobierno responde con otra vuelta de tuerca, y nubla más el panorama.