Para quienes saludaron la firma del acuerdo de paz y desarme de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en agosto de 2016, le podría resultar chocante que una de las figuras emblemáticas y guía de las conversaciones con el gobierno colombiano en La Habana, Cuba, como la de Luciano Marín Arango, alias “Iván Márquez”, sea ahora el rostro que anuncie el rearme de los rebeldes. Iván, vestido de verde olivo y con una pistola al cinto, fue el vocero que desde un lugar desconocido y en frente de una hilera de líderes rebeldes, algunos armados, anunció a Colombia y el mundo su regreso a la búsqueda del poder por el fusil. Su discurso cayó como una bomba atómica, no solo para los colombianos y sectores que velaron por diálogo, sino también para la comunidad internacional que confiaba en el fiel cumplimiento del pacto y la total integración de la guerrilla a la sociedad. Ahora se teme más dolor y sangre en Colombia.
Un poco de historia.- Las FARC fueron fundadas por izquierdistas y campesinos en 1964, cuando aun se respiraba el triunfo de la Revolución cubana. Para esa fecha, Colombia tenía años sumergida en sangre, pues desde el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán “El Lobo” o “El Badulaque”, como lo llamaba su partido, el 9 de abril de 1948, el enfrentamiento entre conservadores y liberales, el famoso e inolvidable “Bogotazo”, ahogó en un grito callado, al país sudamericano. Se estima en más de 180 mil los muertos y desaparecidos entre 1948 y 1957. Violencia y sed de justicia que incidió en la creación de las FARC.
Dicen ha vuelto la violencia.- En su video, las FARC justifican su rearme a la lentitud de lo pactado, al asesinato de más de 500 activistas de los derechos humanos y 150 exguerrilleros desde la firma de la paz, entre otras quejas. Tras el anuncio, el presidente de Colombia, Iván Duque, calificó al grupo de “banda de narcoterroristas” y culpó al mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, de darle cobijo. Por su parte, el expresidente de Uruguay, José Mujica, quien trabajó en la coordinación del diálogo, calificó el rearme de “nuevo fracaso para Colombia”, y lamentó que el grupo regrese al monte, a pesar de los esfuerzos por la paz.