El anuncio que esta semana hizo el gobierno de Estados Unidos de suspender el llamado programa “Estatus de Protección Temporal” (TPS, en inglés) que ampara unos 59,000 haitianos –que huyeron del terremoto de 2010 y el brote de cólera- es un paso más del presidente Donald Trump de cumplir su promesa electoral anti-inmigrantes. La acción se une a sus afanes de levantar un muro frente a México, y a la prohibición –bajo el alegato de ser países patrocinadores del terrorismo- de la entrada a EEUU de ciudadanos de Chad, Venezuela, Corea del Norte, Irán, Libia, Yemen, Siria, Irak, Somalia y Sudán. La caída del TPS le llega a los haitianos en momentos que hasta las fuerzas de las ONU hicieron sus maletas y soltaron Haití “en banda”.
¿Qué es el TPS?.- El “Temporary Protected Status”, en inglés, es definido por expertos internaciones como “un privilegio migratorio que da EEUU a ciudadanos de un determinado país por una cierta causa.” Fue creado en 1990. El TPS –que puede abarcar un plazo de seis o 18 meses- se da para proteger o acoger en territorio estadounidense a personas que en su país de origen corren algún peligro, y lo otorga la Secretaría de Seguridad Nacional. Los riesgos que amenazan los beneficiados podrían ser una guerra civil o un conflicto armado, desastres naturales, como huracanes, terremoto (el caso de Haití) o enfermedad.
Hundido en la pobreza.- En la actualidad, el TPS beneficia 435,000 personas de nueve países. Pero sobre los latinoamericanos involucrados, es bueno señalar que primero que los haitianos, los nicaragüenses y los hondureños – que gozan del TPS desde 1998 tras el paso del huracán Mitch por Centroamérica- fueron notificados recientemente sobre el fin de su acogida en EEUU. Los salvadores figuran en la lista desde 2001 tras sufrir una serie de sismos y los embates de delincuentes como la Mara Salvatrucha. Pero volviendo a Haití, EEUU justifica la devuelta de los haitianos a su tierra al señalar que la nación caribeña ya superó la situación de precariedad que dejó el terremoto de 2010 y el cólera. Discurso barato, pues hasta “los chinos de Bonao” saben que Haití es un conglomerado asolado por los terremotos de la pobreza y el ham