Cumpliendo con una promesa de campaña o tomando –como en otras ocasiones- decisiones precipitadas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció esta semana a Jerusalén como capital de Israel y ordenó al Departamento de Estado trasladar la embajada estadounidense, que está en Tel Aviv, hacia la histórica ciudad. Con su acción, Trump, además del terremoto internacional que desató y recibir el rechazo mundial hasta de sus aliados, ha dado a EEUU dos récords: único país en darle ese título a Jerusalén y primero con embajada en esa ciudad desde que la ONU llamó en 1980 a retirar las sedes diplomáticas para facilitar las negociones entre israelíes y palestinos. ¿Qué busca Trump? ¿Complacer poderosos sectores judíos y evangélicos de EEUU? Su jugada suma más problemas a la región.
¿Por qué es tan polémica esta ciudad? .- Jerusalén es la cuna de las tres grandes religiones monoteístas: el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam. Entre los monumentos sagrados que alberga la ciudad figura el Muro de las lamentaciones, lugar favorito para los judíos rezar, y que según historiadores, es el último vestigio del Segundo Templo destruido por el general romano Tito en el año 70. Los cristianos veneran en Jerusalén la Iglesia del Santo Sepulcro y el Camino de la Crucifixión, entre otros monumentos. Los musulmanes tienen la Mezquita de Al Aqsa (Monte del Templo, para los judíos). Aquí figura también la Mezquita de Omar o Domo de la Roca, lugar, según los musulmanes, del cual ascendió Mahoma al cielo sobre un caballo alado llamado Buraq.
Las protestas.- Es bueno resaltar que desde su fundación de mano de David Ben Gurion en 1948, Israel y EEUU han sido buenos aliados. Nexos que se mantuvieron en la Guerra Fría, pero se enfriaron en los mandatos de Barack Obama y tomaron ánimos con la llegada de Trump. Sobre la mudanza de la embajada de EU, hay que señalar que esa medida la aprobó el Congreso en 1995, pero tanto los expresidentes Bill Clinton, George W. Bush y Obama, a pesar de prometerlo en campaña, al llegar al poder pospusieron la entrada en vigor de la ley para evitar conflictos. Pero Trump ha dado el paso y las protestas apenas comien