Telescopio. Piketty

Piketty rechaza Legión de Honor.- El economista y profesor francés Thomas Piketty acaba de rechazar la Legión de Honor, la más alta condecoración de Francia. Piketty, es centro de atención en Europa y EEUU tras publicar en 2013 su best seller “El Capital en el siglo XXI”. En su libro, Piketty resume una investigación del desarrollo de 20 países en los últimos 300 años y ha llegado a una conclusión: Que el crecimiento económico no corrige naturalmente la desigualdad, ya que el capital crece más rápido que la expansión de la economía. Su tesis, bajo críticas, ha creado “ronchas” en defensores, no solo del capital, sino de la democracia, la cual según el escritor galo, puede perder su fachada, minada por la desigualdad que atenaza al mundo.

Creada por Napoleón.- La Legión de Honor, Légion d’Honneur, fue establecida por Napoleón I en 1802. Pueden recibirla franceses o extranjeros con grandes méritos o por prestar un destacado servicio a Francia. El escritor Jorge Luis Borges, el cineasta Akira Kurosawa, el cantautor Joan Manuel Serrat, el tenor Plácido Domingo, los actores Jerry Lewis, Charles Chaplin y el cineasta Pedro Almodóvar, entre otros, figuran en la lista de galardonados con la Legión de Honor. Entre los famosos que la han rechazado figura el filósofo Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir, el escritor Albert Camus, los esposos Pierre y Marie Curie y Georges Brassens.

“Embobao” con Wall Street.- También la actriz Brigitte Bardot, el dibujante Jacques Tardi, el cómico Coluche, el exministro Philippe Séguin, la especialista en cáncer Annie Thiébaud-Mony se han negado a recibir la condecoración. El rechazo de Piketty, quien fue recibido en 2014 por consejeros del presidente Obama, y elogiado por los ganadores del Nobel de economía Paul Krugman y Joseph Stiglitz, ha impactado Francia. Y al parecer, Piketty y su libro arderán por un tiempo en el mundo de la opinión, no solo por subrayar el crecimiento de la desigualdad, sino por ir más allá al documentarla, proponer un impuesto al capital, y por “joder” con un tema que muchos prefieren ignorar y seguir “embobao” con los índices macroeconómicos y la campanita de Wall Street, pero los bolsillos y el estómago vacíos.