Desde junio pasado cientos de manifestantes han tomado el centro de Hong Kong en arduas protestas contra las autoridades chinas, las cuales han respondido con agentes antimotines. Y aunque para muchos está muy presente la “Revolución de los Paraguas” de 2014 cuando miles de personas acamparon por semanas cuestionado las elecciones”, esta vez las protestas se han tornado violentas, y las agencias muestran a manifestantes lanzando ladrillos a policías que responden con gas lacrimógenos y balas de goma. El resultado ha sido heridos y cientos de arrestados. Una de las últimas manifestaciones la dirigieron más de un millar de abogados que pidieron a las autoridades parar las persecuciones e indagar las acciones de la Policía. ¿Y qué ocurre en este famoso centro financiero?
Un país, dos sistemas.- Definido como “Región Administrativa Especial”, Hong Kong, de 1104 kilómetros cuadrados, con una economía de mercado, separación de poderes y con una de las bolsas de valores más grande del mundo, es un territorio que goza de cierta autonomía. A lo largo de la historia perteneció al imperio chino, pero tras la primera “guerra del opio” en 1898 se convirtió en colonia británica hasta junio de 1997 cuando regresó a China bajo el lema de “Un país, dos naciones”.
¿Y las protestas?.- El génesis de las recientes protestas -según las informaciones- es un proyecto de ley de extradición con China continental, Taiwán o Macao que muchos hongkoneses rechazan. Sobre el proyecto, que por cierto ha sido dejado de lado, Human Rights Watch teme, que de ser ley, afecte a activistas de los derechos humanos. Ahora los manifestantes también piden la renuncia de la jefa de gobierno de Kong Kong, Carrie Lam, y que se investigue la Policía. Ojalá predomine el diálogo. Al parecer, los hongkoneses temen que China limite poco a poco su anhelada autonomía.