En silencio, quemando por debajo “como la paja de arroz”, dos potencias nucleares, India y Pakistán, intercambian de vez en cuando fuego con su triste balance de muertes y destrucción. Aunque ambos países firmaron un cese al fuego en 2003, tras miles de muertes y tres guerras, en 1947, 1965 y 1999, la herida sangra y las dos naciones se pelean una región llamada “Cachemira”.

Los últimos choques fueron  esta semana y causaron la muerte de tres soldados indios y un paquistaní.

Cachemira.-  La India logró su independencia del Imperio Británico en 1947, bajo el sacrificio del gran Mahatma Grandhi.  En esa fecha seguían los sangrientos choques religiosos entre hindúes y musulmanes.  

La solución fue la división de India, y así surge Pakistán, para ubicar los musulmanes. Cachemira, fértil y hermoso valle situado al pie del Himalaya, fue un principado que no quiso formar parte ni de India ni de Pakistán, y  su territorio quedó dividido entre ambos países, y  una tercera parte en territorio de China, lo que la convierte en una zona en disputa, sobre todo por indios y paquistaníes. India señala que Cachemira fue un principado que siempre estuvo dentro de su frontera, mientras Pakistán dice que es un territorio en disputa cuyo estatus lo tienen que determinar sus habitantes.

En la actualidad, Cachemira cuenta con 13 millones de habitantes, y en su capital, Srinagar, hay algo curioso: un lugar con huellas y una tumba, que muchos aseguran de Jesús. ¡Usted se imagina!

Continuidad de gobierno en Venezuela. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que debía  jurar por un nuevo mandato presidencial el  jueves fue el gran ausente de los actos oficiales, pues  tiene un mes en La Habana, Cuba, donde fue sometido a  su cuarta cirugía en su batalla que libra con un cáncer. (No se si la historia reciente registre otra posposición de una juramentación presidencial) Así bajo el enigma  del retorno del líder –que cuenta con el respaldo de la Asamblea Nacional y un veredicto del Tribunal Supremo para tomarse su tiempo y jurar luego- los chavistas realizaron un acto  multitudinario que sacudió los cimientos de Caracas. 

Este apoyo es un triunfo para el vicepresidente, Nicolás Maduro, quien, por el momento, tiene “las riendas del poder”.