Todo indica que con los casos de sacerdotes y obispos envueltos en pedofilia (la Real Academia Española recomienda el término “paidofilia”) se podrá escribir un extenso libro. Según las agencias, los  dramas son tantos que han sacudido la Iglesia y el papa Benedicto XVI dijo estar “afligido”. EEUU, Irlanda, Canadá, México, Alemania, y últimamente Brasil y Chile, son los países en boga por el tema. Se podría hacer un recuento de los casos más sonados. Veamos: En 2002, la Iglesia católica indemnizó con  millones de dólares a víctimas de violaciones en EEUU. El escándalo hizo renunciar al cardenal del arzobispado de Boston, Bernard Law. Dos años después –en 2004- una investigación estableció en 4,400 el número de curas pedófilos en EEUU entre 1950 y 2002, y cifró en 11,000 los niños ultrajados. En Canadá, la Iglesia y el gobierno pagaron 1,000 millones de dólares canadienses de indemnizaciones en 2002.

En Irlanda, 14,500 niños fueron víctimas de  abusos. En México, el fundador de Los Legionarios de Cristo, el padre Marcial Marciel, tuvo que dejar su cargo en 2006 por actos de pedofilia. El arzobispo de Viena, cardenal Hans Hermann Groer, renunció en 1995, e igual suerte corrió el arzobispo de Poznan, Polonia, monseñor Juliusz Paetz, en 2002 tras ser acusados de acoso sexual. El diario Der Standard, de Austria, informó  de los abusos sexuales en el coro de los Pequeños Cantores de Viena en los años 80. En Alemania, la Iglesia católica es objeto desde enero pasado de una serie de acusaciones, procedentes sobre todo de niños que estuvieron en escuelas e internados en los años 70 y 80.  Benedicto XVI divulgará hoy –con su carta pastoral- el primer documento sobre la pedofilia de un Papa, lo que denota el peso de este largo rosario.