Televisor encendido

Televisor encendido

POR FRANCIS MESA
En ésta, mi primera entrega de la columna Televisor Encendido, quería hablar de cosas buenas para que vayan, de ahora en adelante, teniendo una buena impresión de mí, pero ¿saben qué? Simplemente, no puedo.

Sentarse frente a ese interesante aparato electrónico es, en la mayoría de los casos, una verdadera tortura. Lamentable es el hecho de levantarse a diario y tener como única y exclusiva alternativa que soportar la verborrea de nuestros «Analistas de Todo», que no nos dan chance para deleitarnos con programaciones más ligeras en los canales VHF, entiéndase, del dos al 13, usted escoja el matutino que más le guste.

Y muchos de ustedes, los más curiosos, preguntarán y ¿por qué no ven los de UHF?, porque estos, en su mayoría son insufribles. Ya que traspasan las barreras de las tandas matutinas y se trasladan como dioses oscuros, por todos los horarios establecidos. No dan tregua.

Y es ahí, precisamente en ese pequeñito detalle que se completa la reflexión de por qué la gente prefiere ver el cable, simplemente porque las opciones son más y, aunque nos cueste admitirlo, mucho mejores.

La programación de la televisión prepagada, como se dice mercadológicamente, sin lugar a dudas es mucho más variada, porque a cualquier hora tenemos la opción de escoger, léase bien, Escoger el tipo de programa que nos venga en ganas, que no se nos imponga.

¿Es tanto pedir, entonces, señores productores locales, que no todo el mundo quiere «informarse tan temprano», que nos deben abrir un abanico más amplio de posibilidades antes de marcharnos a nuestros trabajos, los más jóvenes a sus lugares de estudios y los más descansados, a los gimnasios y plazas libres a hacer ejercicios?

Y que se entienda que no estamos en contra de los matutinos propiamente dicho, que somos los primeros que abogamos por la información bien concebida, pero que en igual medida somos los primeros que protestamos y sugerimos, producciones diferentes en horarios determinados y como es el caso que nos ocupa en este momento, que en las mañanas haya más diversidad en la oferta televisiva.

Es por ello que se nos hace tan lamentablemente aburrido encender los televisores, de lunes a lunes en las mañanas. Es por ello que no es extraño escuchar frases como «yo sólo veo el Telecable», porque nuestros canales se llenan de una oferta monótona y excluyente.

Si sólo tenemos, en la frecuencia convencional siete canales, debe haber igual número de programas matutinos que nos hablen de desgracias, corrupción, enjuiciamientos y demás yerbas aromáticas.

Opciones, señores, opciones es lo que necesitamos y más que eso, reclamamos los televidentes, que aunque también nos interesa estar enterados del acontecer político y social nacional e internacional, también nos gustaría deleitarnos con algo más ligero, menos Lo Sabemos Todo, con gestos contraídos, como amargados, odiando al mundo. No, háganlo diferente, si es lo único que se puede hacer, varíen un poco, alternen, un día esto, el otro aquello y así todos iríamos ganando, o más bien, disfrutando y verán que en muy poco tiempo la percepción colectiva cambiará y habrá más dominicanos interesados en la programación local.

Mi propuesta está hecha, hasta la próxima.

francismesa@hotmail.com

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