Como es habitual que algunos nuevos funcionarios de gobiernos recién instalados no sepan qué hacer en sus cargos, se acostumbra dar un plazo de 100 días de acomodación y permisividad en algunos errores pero tienen la obligación de saber qué es un “secreto de Estado” y por eso quiero poner dos ejemplos con un par de asuntos aparentemente vedados al conocimiento de la población porque, en primer lugar, es nula la información que se comparte al pueblo sobre el fideicomiso RD Vial, que es una poderosa fuente de recaudación de impuestos a través del cobro de los peajes, y, por otro lado, los miles de millones de pesos que recibe el Gobierno a través del impuesto al masivo consumo de combustibles en los grandes tapones que se producen en las avenidas y calles de la ciudad capital.
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Del ingreso de dinero al fisco a través de los peajes y los impuestos que tienen los combustibles no se habla, ya que los gobiernos los mantienen vedados dándoles categoría de secretos de Estado aprovechando el caos.