POR ELVIS LIMA
PAYA, Baní. Un brote de enfermedades, en su mayoría de la piel,  amenaza la salud de decenas de familias de este distrito municipal de la provincia Peravia, al sur del país, por lo que sus habitantes demandan de las autoridades buscar una salida urgente al problema.

 La falta de agua potable y la contaminación de la existente, ha llevado a los residentes a tener que comprar botellones para poder saciar la sed de una comunidad, que dice tener largos años en espera de un acueducto.

La crisis se agudizó luego de que las lluvias dejadas por la tormenta Noel afectaran por completo el canal Marcos A. cabral, el cual suplía de agua a los habitantes de esta empobrecida comunidad que ayer recibió la ayuda del Comando Sur de los Estados Unidos.

“Esto es lodo lo que tenemos. Ya no sabemos que hacer con los niños, cada día aparecen nuevas enfermedades de la piel, y otras estomacales. No  hay donde acudir”, exclamó Deysi del Villar, una de las más del medio centenar de amas de casa que acudió a buscar medicamentos de los ofrecidos por los soldados del Ejercito norteamericano.

Con un niño acuesta, y  en espera de ser atendida por los médicos americanos que ofrecían asistencia gratuita, del Villar afirmó que llevan varios años en espera de la construcción del acueducto, pero hasta la fecha no ha sido posible.

Por las calles de Paya, solo se habla de la falta de agua y de las destrucciones del canal Marcos A. Cabral, el cual según sus habitantes era más que una fuente de vida, porque a pesar de no reunir la calidad suficiente abastecía del líquido a toda la población.

   Las amas de casa dicen llevar la carga más pesada por la falta de agua, ya que en aquellos hogares que los recursos no alcanzan para comprar botellones, se ven en la obligación de consumir la oscurecida del  canal.

“A la hora de lavar, fregar y hacer otros quehaceres de la casa no sabemos que hacer, porque en verdad, esta agua es tan sucia que no sirve ni para lavarse los pies”, afirmó  Dominica Soto.

Reveló que hay ocasiones en que tienen que dejar de hacer las cosas prioritarias hasta tanto puedan conseguir un poco de agua.