Temen pérdida  de 50 mil empleos

Temen pérdida  de 50 mil empleos

La Asociación de Micros y Pequeños Empresarios Textiles de la Frontera advirtió que más de 50 mil empleos directos e indirectos se perderían en el país si  se mantiene la prohibición de importar ropa usada.

El vocero de esta entidad, Genaro de la Rosa, expresó que de acuerdo a estudios este sector informal de la economía que se dedica a la venta de ropa usada en los pueblos de la frontera y otros lugares  del país mueve más de RD$300 millones mensualmente. Además enfatizó que son el soporte de provincias como Pedernales, Elías Piña, Dajabón, Jimaní y Baoruco.

La Dirección General de Aduanas (DGA) anunció la semana pasada la decisión de poner en ejecución en toda su extensión la Ley 458-73, que prohíbe la importación de prendas de vestir usadas, por considerar que estos productos podrían estar contaminados y transmitir enfermedades contagiosas.

De la Rosa sostuvo que si fuera real que se transmitieran enfermedades en las ropas usadas, la mayoría de los dominicanos estuviera enferma porque cerca del 97% de la población compra ropa usada.

Indicó que además de la frontera el negocio de la ropa usada afectaría a miles de gente de San Juan de la Maguana, San Cristóbal, Puerto Plata y Santiago.

El vocero de los micros y pequeños empresarios dijo que a este problema se le agrega el conflicto con el comercio bilateral entre Haití y República Dominicana donde cada día  entran al territorio dominicano miles de haitianos que gastan dinero en los negocios de esas provincias, lo que significa que cientos de establecimientos comerciales sería afectados, ya que el mercado quedaría prácticamente cerrado.

Resaltó que el negocio de  ropas usadas no sólo afecta de manera directa a los vendedores y a más de seis millones de personas de todo el país que compran en el mercado de pulgas, sino a cientos de camioneros que se dedican a transportar la mercancía.

Las ropas usadas son adquiridas principalmente por personas de escasos recursos, además facilita la creación de pequeños negocios y dinamiza mercados populares conocidos como “la pulga”.

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