Temen por bomba radiactiva EEUU

Temen por bomba radiactiva EEUU

WASHINGTON (EFE).- La amenaza de la explosión de una bomba radiactiva ha reaparecido en EEUU con un alerta y orden de captura de sospechosos en Boston, mientras José Padilla, detenido por un complot similar en 2002, sigue en prisión sin cargos.

   La policía federal (FBI) ha publicado una lista de tres mujeres y once hombres a los que quiere interrogar en relación a una «amenaza potencial no especificada».

   Nueve de ellos son ciudadanos de China, otros tres tienen nombres chinos pero el FBI no ha divulgado su nacionalidad, y el último es José Ernesto Beltrán Quinones, también de nacionalidad desconocida.

   Además, fuentes policiales no identificadas han informado de que el FBI busca a dos iraquíes que podrían estar también implicados en el plan.

   Las autoridades han colocado carteles con las fotos de dos hombres y dos mujeres chinos -que son las que tiene hasta ahora, según informó el FBI- en el metro de Boston y realiza registros a vehículos que entran a estacionamientos subterráneos.

   También han activado los detectores de radiación de la ciudad, que se encienden cuando hay una amenaza mayor de lo habitual, y han incrementado las patrullas en el Aeropuerto Logan, de donde partieron dos de los aviones que fueron secuestrados por terroristas durante los atentados del 11 de septiembre de 2001.

   El origen de la alarma fue una llamada anónima, aparentemente realizada desde México a la Patrulla de Carreteras de California.

   En ella el informante denunció que los cuatro chinos de los que el FBI tiene foto habían entrado ilegalmente en EEUU por la frontera del río Bravo y se iban a hacer cargo de un cargamento de «óxido nuclear» en Boston, según fuentes policiales que no quisieron ser identificadas porque la investigación no ha sido concluida.

   El gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, confirmó el jueves que el autor de la llamada «informaba del lugar a donde los individuos llegaron. Ese lugar es Nueva York. Informaba del lugar a donde podría dirigirse la amenaza y ese lugar es Boston».

   Por su parte, el secretario mexicano de Gobernación, Santiago Creel, ha dicho que su Gobierno no cuenta con información que pueda avalar que los supuestos terroristas chinos entraron a EEUU por la frontera común y que Washington no les ha consultado sobre ese asunto.

   La noticia de la amenaza se filtró a la prensa el miércoles, cuando se supo que las fuerzas de seguridad temían un atentado con una «bomba sucia» en la capital de Massachusetts.

   Al principio el FBI minimizó la importancia de la información, pero luego divulgó el nombre y las fotos de los cuatro chinos.

   Romney, que se encontraba en Washington para asistir a la investidura del presidente de EEUU, George W. Bush, volvió a Boston anticipadamente.

   No obstante, las autoridades de la ciudad han intentado calmar los ánimos. Michael Sullivan, el fiscal del estado, ha indicado que no hay razón para el pánico y enfatizó que el FBI ha dejado claro que no ha podido corroborar la credibilidad de la información.

   Esta es la segunda vez desde los atentados del 11 de septiembre que Estados Unidos ha temido un ataque con una «bomba sucia», que al detonar libera agentes biológicos, radiactivos o químicos nocivos.

   La primera fue en mayo de 2002, cuando la policía capturó en el aeropuerto O»Hare de Chicago a Padilla.

   El secretario de Justicia, John Ashcroft, indicó entonces que con su detención se había podido desarticular un complot en sus primeras fases para detonar un artefacto de ese tipo.

   Sin embargo, el Gobierno no ha presentado pruebas para sostener esa acusación. De hecho, nunca ha acusado formalmente a Padilla de nada y lo mantiene encarcelado de forma indefinida en una base naval en Carolina del Sur.

   Ese precedente no es un incentivo para que los individuos a los que el FBI quiere interrogar acudan a la policía por su propia voluntad.

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