El director de mercados de crédito europeos de Bank of America, Berbaby Martin, se ha mostrado preocupado por el impacto que la normalización monetaria a en Estados Unidos tendrá en distintas clases de activos a lo largo y ancho del mundo. Desde su punto de vista, los mercados tendrán que enfrentar una verdadera prueba de esfuerzo de la que podrían salir mal parados.
«Nuestro mayor temor es el fin del ciclo de liquidez. La Fed está preparándose para una próxima subida de tipos. La búsqueda de rentabilidad que hemos visto desde 2009 está entrando en una fase inversa», afirma en su último informe.
Martin se ha referido a la advertencia lanzada por el alto funcionario de la Reserva Federal, William Dudley, el capitán de la Fed de Nueva York, donde dejó caer que el ritmo hacia la normalización monetaria podría simular la estrategia de 1994, cuando se incrementaron los tipos de forma rápida.
Desde Bank of America estiman que la flexibilización cuantitativa en Europa y Japón cubrirá sólo el 35 por ciento del estímulo global perdido tras el fin de las compras de bonos y activos de la Fed, una situación que podría generar un «hiato traicionero» para los mercados.
Desde el banco estadounidense aseguran que el efecto completo del fin de los estímulos de la Reserva Federal todavía no se ha dejado sentir, sin embargo, el mercado es consciente de que a partir de ahora, los mercados no pueden esperar ser rescatados cada vez que hay una tormenta.
«El umbral de la Fed para volver a aplicar una compra de bonos y activos es demasiado alto. Es por ello que creemos que estamos entrando en una fase en la que las malas noticias serán una mala noticia y la volatilidad probablemente aumentará», explica Martin.
Lo que está claro es que el mundo se ha vuelto adicto a los estímulos de los bancos centrales.
Bank of America afirma que el 56 por ciento del PIB mundial está amparado por tipos de interés cercanos a cero al igual que el 83 por ciento de las acciones que operan en las bolsas mundiales.
La mitad de los bonos soberanos a nivel mundial cuentan con una rentabilidad por debajo del 1% y aproximadamente 1.400 millones de personas están experimentando tasas negativas en una forma u otra en sus inversiones.