Temen Venezuela se convierta
en otra Cuba

Temen Venezuela se convierta <BR>en otra Cuba

WASHINGTON (AFP).- Un sector del gobierno estadounidense teme que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se convierta en el brazo de Fidel Castro en Sudamérica, constató la AFP, pero algunos expertos aseguran que su miedo, producto de una «mentalidad de Guerra Fría», es irreal y desmesurado.

   Chávez, un populista de izquierda que llegó al poder democráticamente en 1999 tras protagonizar un fracasado golpe de Estado en 1992, irrita a Washington con su retórica anti-estadounidense, su amistad con el mandatario cubano, a quien vende petróleo subsidiado, y su acumulación de poder en los últimos años.

   Washington también está preocupado por los problemas de Estado de Derecho en Venezuela y por su objetivo de llevar a cabo una «revolución bolivariana» en el quinto exportador mundial de crudo, que le suministra entre 12% y 15% de sus insumos petroleros.

   Un sector dentro del gobierno de George W. Bush teme que su triunfo en el referendo del domingo, que le consolidó en el poder, contribuya a generar tensiones entre el norte y el sur, y a implantar con mayor intensidad su proyecto político, lo cual estima que provocará conflictos con países vecinos, constató la AFP en oficinas gubernamentales en Washington.

   Sin embargo, otros funcionarios prefieren ignorar a Chávez mientras éste le siga vendiendo petróleo a Estados Unidos, en el marco de los altos precios del crudo y la guerra en Irak.

   «El proceso de cubanización de Venezuela está en marcha (…) Que el presidente venezolano, ayudado por los ingresos petroleros, aspire a ser un mini-Fidel en el continente sudamericano es escalofriante», sostuvo la columnista conservadora Mary Anastasia O»Grady en el diario The Wall Street Journal la semana pasada.

   Miguel Díaz, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), dijo que Chávez «ha hecho mucho para socavar la democracia, y creo que seguirá ese patrón e intentará hacer lo mismo en otros países».

   «No pienso que la democracia venezolana pueda sobrevivir otros dos años de este tipo de erosión de las instituciones democráticas», afirmó.

   «Su proyecto nunca ha cambiado: es establecer su revolución en Venezuela y en buena parte de Latinoamérica (…) El polo anti-yanqui en América Latina es parte de su proyecto político», añadió.

   Chávez acusa al gobierno de Bush de financiar la campaña para derrocarlo y de estar detrás del golpe de abril de 2002 que lo sacó del poder durante menos de 48 horas.

   Otros analistas dijeron que no existe un riesgo verdadero de «cubanización» del país o de la región, que éste ha sido exagerado por funcionarios estadounidenses que mantienen una línea dura hacia Castro, y que dudan que Chávez abone el camino a un crecimiento del populismo en Latinoamérica.

   «¿Cuba? Por favor… ¿Es Cuba China? ¿Por qué supuestamente tengo que temer un eje radical que involucre a Fidel? ¿Cree usted seriamente que la economía cubana socialista, no-capitalista, va a perturbar a la economía mundial? ¿Van a invadir Miami? (…) Es irreal», dijo Joseph Tulchin, del Centro Woodrow Wilson, un centro de análisis con sede en Washington.

   Según Tulchin, la dura política estadounidense hacia Caracas fue formulada por anticastristas como el ex secretario de Estado adjunto para América Latina y ex embajador en Venezuela, Otto Reich, y continuada por su sucesor en el Departamento de Estado, Roger Noriega, y ahora ha dejado a Washington en «un callejón sin salida».

   «¿Qué va a hacer Chávez? ¿Va a amenazar con mantener a los jugadores de béisbol venezolanos en casa?», ironizó.

   La visión de este sector del gobierno de Bush «es un rezago de la Guerra Fría. Es un poco el discurso duro del eje del mal en América Latina. Les molesta el discurso de Chávez (…) Pero Venezuela no es un desafío a la política exterior de Estados Unidos», sentenció Arturo Valenzuela, ex jefe del buró latinoamericano de la Casa Blanca durante el gobierno de Bill Clinton.

   Michael Shifter, del Diálogo Interamericano, duda que el presidente venezolano pueda cubanizar su país o la región, y dijo que esas acusaciones «es lo que está buscando Chávez, le encanta este juego, le fascina y sale de él fortalecido».

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