EFE 
Brasil Brasilia.– El presidente interino de Brasil, Michel Temer, admitió hoy que la indefinición política que causa el proceso de destitución abierto contra la mandataria Dilma Rousseff afecta la recuperación del país, sumergido en una grave crisis económica. “
Hay inversores extranjeros que me han buscado o buscaron a mis ministros y siempre surge la pregunta- ¿qué va a pasar en agosto?”, declaró Temer, en alusión al mes en que se espera que concluya el juicio político contra Rousseff, instaurado el pasado 12 de mayo, cuando fue suspendida de sus funciones.
“Las personas se angustian con eso”, lo cual sirve para comprobar que “ese aspecto político es importante”, ya que “la economía está muy vinculada a la pacificación política”, apuntó en declaraciones a la radio Jovem Pam.
Temer explicó que, a pesar de su carácter interino, ha decidido gobernar como si ya fuera “presidente efectivo”, porque la crisis política “no puede paralizar” a un país que hoy tiene alrededor de 12 millones de personas desempleadas.
También consideró que “si en agosto pasa lo que se presiente que pasará”, en alusión a la destitución definitiva de Rousseff y la consecuente confirmación de su condición de presidente, “las cosas podrán comenzar a cambiar más rápido”, pues el Gobierno “podrá tomar otras medidas que son necesarias».
Entre ellas, citó en primer lugar una reforma del régimen de jubilaciones y pensiones, casi al borde de la quiebra y que demanda ingentes recursos de un Estado que, en su opinión, debe ser reducido para dar mayor espacio a la iniciativa privada.
En ese sentido, también dio a entender que se puede avanzar en un nuevo programa de privatizaciones o venta de activos del Estado, aunque no precisó en qué áreas. En su opinión, a pesar de las serias turbulencias tanto políticas como económicas y sociales que sufre actualmente el país, “a partir de agosto”, una vez concluido el juicio político contra Rousseff, “la economía puede dar un salto».
En lo político, Temer volvió a valorar la relación que ha podido establecer con el Congreso, que calificó de “fundamental”, porque “no se puede gobernar sin el Legislativo».
Según Temer, el Gobierno tiene ahora “una base muy consolidada en el Congreso, que hace mucho tiempo no se veía, con la que se dialoga permanentemente y que está decidida a ayudar a sacar al país de esta crisis».
