Temis-cosas

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JUAN F. MONCLUS
El jurisconsulto Federico Carlos Alvarez Perelló nació en Montecristi, el 29 de abril de 1892; se licenció en Derecho en la Universidad de Santo Domingo, el mes de noviembre de 1915; ejerció mayormente su profesión en la ciudad de Santiago, donde fundó un respetable bufete jurídico. En esa ciudad fue presidente de la Asociación de Abogados; Profesor de Derecho Constitucional; de Economía Política, en la Escuela Normal, de Derecho Civil, en el Instituto Profesional, y Catedrático de la Universidad de Santo Domingo.

Se ha dicho que fue abogado, profesor y escritor de galana prosa, así como hombre de elevadas condiciones morales. Ocupó algunos cargos en la administración pública, representando el país en diferentes eventos internacionales.

Al cumplir 40 años de ejercicio profesional, se le rindió un homenaje en el Hotel Matún de Santiago, donde asistieron lo más granado de los profesionales del Derecho; entre los discursos pronunciados a su nombre no se mencionó el del dictador Trujillo, lo que motivó a que se le sometiera a un juicio público, conjuntamente con el Lic. Eduardo Sánchez Cabral; como resultado del mismo fueron excluidos como miembros del partido del gobierno y despojados de todos sus documentos personales.

Su obra más destacadas es el folleto: «Ideología Política del Pueblo Dominicano», de donde extraemos el siguiente párrafo: «El progreso de la sociedad no se produce por obra del azar sino por la lucha de estas dos fuerzas antagónicas: Las fuerzas conservadoras y las fuerzas innovadoras».

«Las primeras están representadas por los políticos profesionales, empeñados en mantener y ensanchar los privilegios de la clase gobernante: Fuerza poderosa, organizada, ejercitada por largos años en el manejo de todos los arbitrios y combinaciones del poder y que sabe explotar a maravillas los vicios y preocupaciones del medio ambiente para neutralizar adversarios y ganar prosélitos. Las fuerzas innovadoras se encuentran en estado embrionario. Se revelan por la queja, incongruente y confusa, de todos los que sufren las injusticias de nuestro tradicional régimen político,… por el clamor, cada día más vehemente, de una multitud que va comprendiendo que los males de la sociedad afectan profundamente a cada uno de los individuos que la integran».

Su otra obra: «Finalidad del Recurso de Casación», donde trata aspectos relacionados con este recurso extraordinario, mediante el cual la parte afectada por una decisión de un tribunal inferior le impetra a la Suprema Corte de Justicia, actuando como Corte de Casación que se corrijan los errores de derechos cometidos en esa decisión.

Muere nuestro personaje en el año de 1976.

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