Temístocles Montás sigue opuesto a los subsidios

Temístocles Montás sigue opuesto a los subsidios

POR CARMEN CARVAJAL
Si el gobierno dominicano quiere conservar el proceso de recuperación económica, mantenido en sus dos primeros años, debe evitar errores tales como asumir, mediante subsidios, los incrementos en los precios de los combustibles, no priorizar ni racionalizar el gasto público y creer que la solución a la deuda del Banco Central vendrá del cielo.

Los planteamientos los formula el secretario técnico de la Presidencia, Temístocles Montás, jefe del equipo económico del gobierno, en un extenso trabajo que publica en la sección Economía y Negocios, de este diario.

Para Montás los riesgos más serios que enfrenta la economía dominicana son precisamente el alza en el petróleo y sus derivados, el manejo de la política fiscal, la deuda cuasi fiscal del Banco Central y la situación del sector eléctrico.

Con relación a los combustibles recordó que en los últimos dos años el precio del petróleo se ha duplicado, pasando el de la canasta de la OPEP de 36.29 dólares el barril en julio del 2004 a 70 dólares con 38 centavos actualmente.

Tan solo en el primer trimestre de este año el país incrementó en más de cien millones de dólares sus gastos en importaciones de petróleo y derivados, pasando de US$534.6 millones en el primer trimestre del 2005 a US$644.8 en igual período de este año.

Este monto representa el 9.8 por ciento del PIB del trimestre, y el 34.7% de las importaciones nacionales, lo que supone, que el petróleo se traga más de un tercio de las importaciones totales. En su artículo titulado “los retos de la economía nacional y de la economía internacional en la agenda legislativa”, destaca, además, la incidencia de los precios del petróleo en el índice de precios al consumidor.

En cuanto al manejo de las finanzas abogó por una mayor racionalización del gasto y consideró un grave error el “creer que todo se puede financiar con endeudamiento”.

“El país ha llegado a un punto en donde cualquier nuevo endeudamiento conllevará a cancelar viejos endeudamientos a fin de garantizar la sostenibilidad de la deuda pública. De lo contrario, el país caería de nuevo en crisis”, expresa.

Recordó que los compromisos con el servicio de la deuda superan el 6 por ciento del PIB, y ya para el próximo año habrán vencido los dos años de gracias logrados durante la reestructuración del año pasado, lo que supone que habrá que buscar 300 millones adicionales para honrarlos. En cuanto a la deuda del Banco central consideró necesario reconocer que será necesario un importante esfuerzo fiscal para resolver el problema de los certificados.

Anunció que en breve las autoridades monetarias darán a conocer el programa elaborado para enfrentar esa amenaza a la estabilidad económica.

Tras señalar la importancia que en esta solución tendrá el nuevo Congreso que tomará posesión del 16 de agosto, dijo que lo importante es que se reconozca que el Banco Central deberá ser capitalizado y sus reservas, aunque las más altas de su historia, deberán subir aún más para adaptarse a los estándares internacionales y estar en condiciones de enfrentar posibles choques futuros.

Entiende que las soluciones al problema de la deuda del Banco Central no deben ser inflacionarias, y que la alternativa a la capitalización del Banco debe ser un fortalecimiento de la rendición de cuentas de la transparencia en sus operaciones. En el caso del sector eléctrico, entiende que el sector debe buscar su sostenibilidad financiera, cuyo principal problema, afirma, tiene sus raíces en el hurto, lo que explica el poco interés de los inversionistas.

“Lograr la sostenibilidad financiera de este sector es fundamental para poder poner en marcha una política que modifique la matriz energética que tenemos hoy en el país. De lo contrario, el país se vería abocado a tener que estar permanentemente buscando soluciones de emergencia”.

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