El Ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Temístocles Montás, opinó hoy que el contenido del discurso de Hipólito Mejía al país anoche es una distorsión de la realidad y un manejo irresponsable de cifras, pero que espera que al final la gente valore a ambas administraciones y cómo ha sido manejada la economía estos últimos casi ocho años.

Montás recordó que el endeudamiento del gobierno en 2004, cuando Mejía concluyó su mandato, representaba el 48.2 por ciento del PIB y en contraste en el curso de la presente gestión de Leonel Fernández es de un 36 por ciento, un monto absolutamente manejable según los organismos internacionales, incluyendo el Fondo Monetario Internacional.

Percibió que Mejía obvió que en los tres primeros años del primer  gobierno de Fernández (2004-2007) el endeudamiento público cayó de manera brutal por el alto crecimiento económico, la moderación en la toma de empréstitos, un buen manejo fiscal y reformas tributarias que mejoraron los ingresos generadores de superávit.

Acusó al candidato opositor de ocultar que a partir de 2008 el país fue impactado por la crisis económica internacional de alto precio del petróleo y los alimentos hasta 2009, lo que forzó al endeudamiento para compensar la caída de los ingresos y  proteger las condiciones de vida de la población.

Montás estimó que durante el gobierno de Mejía la velocidad de endeudamiento del país se multiplicó por dos y en el primer gobierno del PLD por 1.7 y ahora, en lo que va de esta gestión,  por 1.4.

“Esto, a pesar de que durante casi toda la gestión de nuestro gobierno, todos los acuerdos de endeudamiento han tenido lugar en el marco de acuerdos con el Fondo Monetario que estimó públicamente que el nivel de endeudamiento del país es moderado”, comentó.

El ministro observó que los críticos no toman en cuenta el proceso de apreciación de la moneda que se registró a la llegada del PLD al poder  y aunque compartió que cuando Mejía entregó el Banco Central había en circulación valores cercanos entre 81 y 86 mil millones, cierto es también que las reservas internacionales eran negativas según el FMI.   Montás situó en 22 mil millones de dólares la deuda del gobierno y sus instituciones, alrededor de 40 por ciento del PIB, y explicó que ese porcentaje se reduce a 36 por ciento del PIB cuando se restan los bonos para capitalizar al Banco Central del salvataje provocado por la quiebra bancaria privada del 2003.

Informó que por ese concepto al Banco Central se transfirieron casi 18 mil 900 millones de pesos en 2010 y alrededor de 24 mil en 2011, recursos que muy bien pudieron ser destinados a salud y educación.