El éxito de la marcha contra la corrupción y la impunidad del pasado domingo ha servido de pretexto a Temístocles Montás, quien la definió como un acontecimiento importante que envía señales muy claras al país, al Gobierno y a la sociedad en su conjunto, para retomar su discurso autocrítico sobre el “proceso de deterioro” que advierte en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), lo que a su juicio tendrá consecuencias directas y negativas, por ser la organización más grande y fuerte, sobre el sistema de partidos. El ministro de Industria y Comercio afirma que la “erosión” de nuestra partidocracia se inició en el 1996 como consecuencia de la caída experimentada por el Partido Reformista Social Cristiano y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el más viejo de nuestra democracia, pero “olvida” que ha sido el propio oficialismo, desde el Gobierno, el que más ha contribuido a esa caída y erosión, lo que ha permitido al PLD y a los peledeístas gobernar todos estos años sin una verdadera oposición que les haga contrapeso. Lo que tampoco dice el ministro de Industria y Comercio, y no precisamente porque se le haya olvidado, es que la corrupción es la principal responsable de la pérdida de crédito público que ha experimentado a su paso por el poder el partido fundado por el profesor Juan Bosch, que como bien anticipó la marcha del pasado domingo terminará sacando a sus discípulos del Palacio Nacional. Por eso sorprende que el funcionario se atreva a decir, en un ejercicio de supremo cinismo, que ninguna organización política ha estado más en contra de la corrupción que afecta el desarrollo y el crecimiento del país que el PLD y sus gobiernos. ¡Barbarazo!