Temor de los bancos amenaza con frenar la recuperación en España

Temor de los bancos amenaza con frenar la recuperación en España

MADRID. Temerosos del alto desempleo y de las quiebras, los bancos españoles no acaban de abrir completamente el grifo de los créditos, amenazando la frágil recuperación del país, alertan los economistas y los organismos internacionales.

«La solvencia del sector financiero español ha mejorado considerablemente pero éste sigue sin jugar su imprescindible papel de soporte a la economía, pues el flujo de crédito hacia familias y empresas no se ha recuperado», dice un estudio publicado el martes por la escuela de negocios Esade.

«Hay una escasez de crédito desde mediados de 2009», dice el autor del estudio Josep Manel Comajuncosa, que advierte que el crédito «ha ido decreciendo, tanto para las familias como, sobre todo, para las pequeñas y medianas empresas».

Según el Banco de España, los créditos a particulares cayeron en noviembre 4% y un 8,3% a las empresas pese a que el país dejó atrás dos años de recesión en el tercer trimestre de 2013.

España, que recibió una ayuda europea de 41.300 millones de euros para sanear los bancos, es objeto de elogios de los analistas por su ambicioso trabajo de reformas, aunque socialmente ha tenido un alto precio. Sin embargo, en los últimos meses se multiplican las alertas.

Los créditos en España sufren una de las «mayores contracciones entre las economías desarrolladas», advirtió recientemente el Fondo Monetario Internacional (FMI), que instó a «estimular la capacidad de los bancos a prestar».

«El acceso al crédito bancario es excesivamente restrictivo», subrayó Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En 2011 y 2012, los créditos a pequeñas y medianas empresas disminuyeron un 17%.

«Los créditos, en particular a las empresas, siguen cayendo de manera sustancial», dice preocupada la Comisión Europea, que piensa que «quizá se esté cerca de tocar fondo».

Pero los bancos todavía están impactados por el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008, que dejó sus cuentas llenas de activos tóxicos. «El problema reside en que cuando la economía no crece o lo hace forma muy moderada, el crédito tampoco puede crecer», explica una portavoz de la Asociación Española de Bancos (AEB).

En un país donde el desempleo afecta a una persona de cada cuatro de la población activa y las quiebras de empresas siguen creciendo, «existe un problema de cantidad y de calidad de la demanda». «Por un lado, la demanda de crédito por parte del sector privado sigue siendo muy débil y, por otro, la solvencia de empresas y familias ha empeorado respecto a su situación anterior a la crisis», dice dicha fuente.

La deuda contraída por particulares y empresas durante la bonanza económica hay ahora reembolsarla. Según Esade, el desapalancamiento de las deudas privadas pasó del 85% del PIB en 2010 al 79% y el de las empresas del 148% en 2010 al 143% a finales de 2012. Y es difícil para los bancos recuperar la confianza ya que la morosidad -los préstamos no devueltos- están en el mayor nivel en 50 años.

«Los datos muestran que hay empresas solventes que no obtienen créditos», dice Comajuncosa. «Claro, si una empresa no es solvente, es razonable que un banco no le dé crédito, pero si una empresa lo es y el banco no se lo da, eso es un problema porque contrae la actividad económica», advierte. Para este año, prevé un crecimiento de la economía del 0,5% o del 1%, y podría ser nulo en 2015 si la situación del crédito no se mejora, advierte.

«Los bancos han cerrado absolutamente el crédito», dice María José Landaburu, secretaria general de la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE), «y la situación en este momento es que al 90% de los autónomos que solicitan crédito todavía siguen sin concedérselo».

La cuestión de solvencia «es una excusa» porque «el negocio bancario se basa en el riesgo», dice, lamentando los efectos de su extrema prudencia. Desde el inicio de la crisis han cerrado «90 empresas al día, y la causa en muchas ocasiones es la falta de crédito», alega.

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