Entre los sectores más afectados se citan Cienfuegos, Los Santos, La Esperanza y Las Mercedes
El municipio de Santiago tiene cincuenta y dos zonas vulnerables que son propensas a inundaciones y siete arroyos o cañada que, entre los vientos y las lluvias, arrastran malezas y ponen en riesgo la vida de miles de ciudadanos, a propósito de la temporada ciclónica que inició el primero de este mes y finalizará el 30 de noviembre.
Los lugares que están considerados como zonas de peligro ante los fenómenos de la naturaleza son utilizados como un gran negocio por algunas personas que se dedican a construir viviendas para ponerlas en alquiler a dominicanos y extranjeros de pocos recursos que son los que finalmente padecen la problemática.
“La gran mayoría de las viviendas en zonas vulnerables de Santiago están rentadas y muchas son habitadas por extranjeros, especialmente a los haitianos. Los dominicanos hacen grandes inversiones, construyen viviendas y las alquilan por habitaciones”, afirmó el director provincial de la Defensa Civil, Francisco Arias.
Arias dijo que además de que constituye un peligro contra su vida, la gente que reside en los alrededores de las cañadas es desconsiderada porque una vez pasa el camión lanzan toda basura, con lo que están afectando el medio ambiente.
“La gran mayoría de cañadas vierten los sanitarios de manera directa. Las cañadas del Diablo, el Arroyo Gurabo, por ejemplo, todo el mundo vierte las materias fecales, la orina y los plásticos”, expresó Arias.
El funcionario del organismo de rescate que asume el control de las zonas vulnerables en los tiempos de la temporada ciclónica manifestó que ha habido cierta debilidad de las alcaldías que tienen la responsabilidad de evitar que sigan propagándose viviendas en las inmediaciones de los arroyos y que la gente continúe vertiendo basura.
“Hemos estado cansado de denunciar que en el Hoyo de Bartolo viven construyendo a cada momento. En Cecara construyen las casas encima de las autoridades y no hacen caso”, expresó Arias.
Plan de acción. Arias propuso que un plan para que las cañadas sean vigiladas por técnicos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales y que supervisores en caballos inspeccionen las zonas por las mañanas y por las tardes, para que cuando detecten alguna irregularidad la notifiquen de inmediato.
“Todo el mundo se da el mote de pobre porque esas casas se hacen con dos objetivos; que el Gobierno lo inscriba en lista de damnificados y con el proyecto habitacional pero cuando se hace el levantamiento resulta que los dueños viven en lugares donde sus vidas no tienen peligro. Los pobres que alquilan sus casas, entre los que su mayoría son extranjeros, pagan las consecuencias”.
Zonas vulnerables. Los lugares en Santiago donde la gente reside y sus vidas corren peligro durante la temporada ciclónica, cuando ocurren fuertes y constantes aguaceros, son Cienfuegos, el barrio Los Santos, La Esperanza, Las Mercedes, Gurabo Arriba, Gurabo Abajo, La Javilla, Bella Vista, que son víctimas de los arroyos Gurabo, el Fracatán, Pontezuela, Hoyo de Elías, Vuelta Larga y el río Jacagua.
Además son afectadas las personas que residen en los sectores de Arroyo Hondo Arriba, Arroyo Hondo Abajo, La Noriega, Pekín y Amansa Tigre, entre otros que sufren por el desbordamiento de la Cañada del Diablo.
Por la Cañada de Baldom, que corresponde en parte a Pontezuela y que penetra a Vuelta Larga, son afectados los sectores de Pepines, Los Salados, el Retiro, la Lotería y algunos sectores de Tamboril.
Además cuando se producen aguaceros también se desbordan la cañada de Puñal, el río Licey, cañada del barrio Los Ico, Los Rieles, el Batey de Guazumal, Boca de Licey, el Aguacate y el Arenazo. Otros municipios como Licey al Medio, Tamboril, Villa González, Jánico y Navarrete tiene ríos y cañadas que provocan inundaciones. Pueblos como San José de Las Matas y Baitoa no son anegados.