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Al mes de diciembre de 2009 existían 20 instituciones financieras en el mercado dominicano emitiendo tarjetas de crédito, con 1,344,988 tarjetahabientes y una cartera total de RD$21,201 millones.
El límite global de estas tarjetas de crédito era de unos RD$46,078 millones, representando un nivel de utilización del 46% para finales del año pasado.
Mientras la tasa de crecimiento de los balances en tarjetas de crédito se redujo como producto de la recesión económica mundial, los límites mostraron un crecimiento significativo durante el último trimestre de 2009, resultado en una reducción en los niveles de utilización.
Como producto de la recesión económica global y la fuerte contracción monetaria implementada por el Banco Central a partir del segundo trimestre de 2008, se produjo un aumento en las tasas de interés por más de un 58 por ciento durante ese año y la calidad de las carteras de crédito sufrió un deterioro significativo.
Por ejemplo, la tasa de morosidad en la cartera de tarjetas de crédito aumentó de un 12.9 por ciento a finales de 2007 a un 16.3 por ciento en el último trimestre de 2009.
El deterioro en la calidad de las carteras de tarjetas de crédito le ha costado unos RD$608.8 millones en aumento de provisiones a las entidades emisoras.
Aunque la tasa de morosidad durante el último trimestre de 2009 se estabilizó, sugiriendo que la tendencia de deterioro en las carteras de tarjetas de crédito había culminado, durante los primeros meses del 2010, la tasa de morosidad ha continuado en aumento, llegando a un 16.6 por ciento a finales de febrero.
Tomando en consideración el número de instituciones operando en este mercado y los balances promedio, sugiere que la banca dominicana ha penetrado en forma exitosa hacia los segmentos de ingresos medios y bajos de la población económicamente activa.
Para finales del 2009, el balance promedio del consumidor en tarjetas de crédito llegó a RD$15,763, con un límite promedio de RD$34,259.
La reversión de la política monetaria restrictiva a partir del último trimestre del 2008 y su impacto en la caída de las tasas de interés ha permitido un crecimiento en la demanda de crédito del sector privado, generando a su vez una reactivación de la actividad económica.
A pesar de esto, el continuo deterioro en la calidad de las carteras de tarjetas de crédito, sugiere que esta reactivación llevará a una mejoría de la situación económica de los consumidores, pero con un rezago de 3 a 6 meses.
Por ende, se podría esperar que el deterioro en la calidad del crédito continúe por unos meses más.
Como resultado del deterioro en la situación económica general durante 2008 y 2009, los bancos han concentrado mayores esfuerzos en fortalecer el monitoreo pro-activo del comportamiento financiero de sus clientes con el objetivo de administrar mejor el riesgo potencial en sus carteras, e identificar nuevas oportunidades de negocios adicionales.
Un mayor uso de la analítica e información crediticia del mercado puede contribuir significativamente a fortalecer las ventajas competitivas de aquellas instituciones que aprovechen en forma efectiva estas oportunidades.
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