Los detalles al interior de las oficinas, los tonos fuertes, los espacios multifuncionales y los accesorios con toques modernos, han tomado gran importancia dentro de la política interna de las organizaciones. 

 «Las empresas han puesto gran interés en adecuar los espacios de trabajo. Las compañías se han dado cuenta que el ambiente físico de las áreas de trabajo es vital, ya que la oficina se ha convertido en el sitio donde la gente pasa la mayor parte de su tiempo», anota Marcela Trujillo, decoradora de interiores con más de 25 años en el mercado.

De esta manera, las empresas han optado por el modelo de la oficina modular, por su practicidad y economía de espacio. En este modelo priman los accesorios con toques modernos, los colores fuertes tanto en paredes como en mobiliarios y los módulos que permiten una fácil comunicación entre los empleados.

Los colores fuertes como el naranja, el amarillo y el rojo se han apoderado de las paredes de los sitios de trabajo, generando una sensación de tranquilidad y amplitud de espacio. La tendencia a combinar colores fuertes con tonos blancos ha tomado fuerza.

«Los colores planos como el gris y crema han desaparecido de las oficinas, la tendencia ahora son colores que proporcionen iluminación. Para tal efecto se ha optado por utilizar dobles muros con tubos de halógeno entre pared y pared para asemejar la entrada de la luz natural».

En cuanto a los paneles –que dividen los módulos– se usan en telas de colores fuertes. En la mayoría de las organizaciones los tonos de los módulos sirven para identificar una área o dependencia de la compañía.

Las oficinas de este tipo permiten una mejor iluminación del área de trabajo, ya que la luz natural proveniente de las ventanas irradia con la misma intensidad la totalidad del recinto.

ADAPTABILIDAD Y FÁCIL MOVILIDAD

Además, las oficinas modulares son preferidas por las empresas, por su facilidad de traslado y adecuación. En situaciones como cambios de sedes, este tipo de unidades se pueden ajustar sin ningún problema a cualquier área y pueden desagregarse con facilidad por contar con módulos independientes como: archivadores, gabinetes y bloques de cajones, que pueden ser trasladados o agregados a otras oficinas.

Los escritorios tradicionales han pasado a la historia. Ahora, la tendencia se enmarca en superficies lisas, amplias, siguiendo un estilo clásico. Las formas rectangulares o cuadradas han sido relegadas por mesas con formas ergonómicas, que permitan una fácil movilidad de los empleados en un mismo espacio de trabajo.

Los pisos duros y alfombras se usan a la par en las oficinas. En áreas de alto tráfico se utilizan baldosas o superficies lisas, especialmente en las entradas y halls de estos inmuebles corporativos. Mientras en las áreas donde se encuentran ubicados los módulos, se tiende a usar alfombras de colores oscuros o con líneas gruesas que proporcionan una sensación de amplitud a los espacios y una temperatura agradable en el sitio de trabajo.

Las construcciones más recientes cuentan con paredes y techos altos de color blanco perfeccionados con terminados como bóvedas, artesas y apliques. Aunque las persianas y cortinas no son muy frecuentes en espacios de oficina, éstas continúan usándose, se mantienen el metal, la madera y tela, mientras que el estilo ha sufrido algunas variaciones. Ahora las hay de todas las formas y colores, las que sólo dejan pasar la mitad de la luz, otras que abren de izquierda a derecha y viceversa. En este sentido, la variedad es la principal característica.

LAMPARAS Y CUADROS

Aunque no son objetos muy comunes de encontrar en las oficinas, los cuadros y las lámparas siguen presentes. Las pinturas han sido relegadas poco a poco por elementos gráficos similares como: murales, reproducciones, afiches y papeles de colgadura con poco diseño.

En lo que corresponde a las lámparas priman los accesorios de techo y de mesa. El halógeno se ha convertido en un elemento esencial en la iluminación de los espacios de trabajo, por su semejanza con la luz natural.