La Navidad es una de las épocas más bonitas del año y por consiguiente una de las más esperadas por todos.
Los colores vibrantes, la decoración alegórica a la temporada, así como las luces que adornan el arbolito invaden todos los espacios.
Las luces, por ejemplo, suponen uno de esos elementos claves en toda ornamentación navideña.
Y de ellas se pueden encontrar en el mercado modelos de diversas formas, saliendo un poco del tradicional bombillito ovalado, así como los colores en los que se pueden encontrar.
Estrellas, flores, pinos, paletas, lágrimas, copos de nieve, globos… son algunas de las figuras en las que se pueden encontrar las luces navideñas este año.
Otro detalle a tomar en cuenta es el color, el mismo va a depender de las preferencias de cada quien; es por ello que las hay para todos los gustos: están las tradicionales extensiones coloridas, las de luces amarillas y las de led -cuyo objetivo es el ahorro de energía- así como las que parpadean constantemente y las que se mantienen fijas.
Las luces de lágrimas diminutas son ideales para colocarlas en el arbolito y simular la nieve. Para lograr este efecto, escoja luces de color blanco en led.
¿Cómo guardarlas? Una vez pasada la época festiva, usted puede preservar sus luces navideñas guardándolas por separado.
Debido a su fragilidad, se debe tener sumo cuidado para que al año siguiente puedan funcionar.
Se recomienda quitarlas poco en poco para que no se enreden, además se debe evitar halarlas de manera brusca para no romperlas.
A la hora de almacenarlas, una opción útil es enrollarlas en papel periódico para aislar la humedad de las mismas.
Otra idea es colocarlas en bolsas de plástico y posteriormente colocarlas en una caja. Ojo, cada extensión se debe guardar de manera individual.