¿Tendrán árboles las nuevas vías de Santiago?

¿Tendrán árboles las nuevas vías de Santiago?

Reynaldo Peguero

Si un presidente de la República, académico como Luis Abinader, recibe una investigación urbana, y como resultado ordena una respuesta inmediata, hay complacencia científica. Ese es uno de los roles del Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago, aportar información técnicamente confiable, para la toma de decisiones en el Estado.

Así aconteció con los estudios de movilidad de Santiago formulados por expertos asociados al plan estratégico. Los mismos fueron respondidos con elevada voluntad política presidencial, con el programa a cargo del Ministerio de Obras Públicas, de accesibilidad a la ciudad del Yaque.

Vías en ampliación y modernización que asimismo cuentan, con el juicioso expertís del ingeniero Eduardo Estrella, hoy senador de la República, pero consumado especialista en vialidad. Plan que eleva en más del 100%, la históricamente baja, inversión pública en Santiago.

Aprovechamos este espacio de opinión equitativa para subrayar algunos retos y desafíos del componente de arborización de los primeros 9 proyectos viales que modernizarán Santiago y elevarán su acceso regional.

Llamamos la atención de los paisajistas que laboran en los diseños de las vías. Sus esquemas de arborización debieran superar 30 años de retrasos conceptuales en sistemas verdes urbanos.

El tema no es “arborizar”, para sembrar “bellas palmeras”, sino hacerlo en las tres líneas de la vía, las dos riberas laterales y el camellón central, acorde con la adaptación al cambio climático. Hay que diseminar aáboles nativos, que repleten de sombra y color las vías intervenidas y otras nuevas que puedan arborizarse.

Mundialmente, lo que interesa en la arborización urbana, más que “el cursi paisaje”, es la permeabilidad del suelo. Facilitar que la lluvia se filtre.

Asimismo, reducir 3-5 grados de temperatura para generar grandes sombras verdes, que incentiven la gente a caminar para reducir tensión arterial y obesidad, las dos grandes pandemias silentes del siglo XXI. Igualmente, generar facilidades para las bicicletas semieléctricas que se dispondrán en el corredor vial de cuatro universidades y contener inundaciones viales urbanas.

Los paisajistas debieran en vez de impedir, aumentar la permeabilidad del suelo. Reducir la velocidad del agua después de la lluvia al caer al suelo (escorrentía), y evitar caudales que revienten el viejo sistema pluvial de Santiago, y dañen posteriormente la muy buena inversión realizada.

Así se impone arborizar, en la autopista Duarte. En la avenida Juan Pablo Duarte hasta Licey. En la 27 de Febrero desde el Centro León hasta Tamboril. En la prolongación y ampliación de 2 a 4 carriles de la avenida Bartolomé Colón, desde la Estrella Sadhalaá hasta su conexión con la Circunvalación Norte, y la finalización de prolongación de la Circunvalación Norte al cruzar Santiago Oeste hasta la avenida Tamboril de Cienfuegos, entre otras.