¿Tendrán señal? 

¿Tendrán señal? 

Una de las realidades más duras que comprobamos al alcanzar la madurez psicológica es que “nadie da algo a cambio de nada”  y que toda dádiva tiene un propósito, aún planteado en el plano espiritual. Mucha gente  dice “las manos que dan esperan”  en una tolerada degradación moral que deja en la obsolescencia y la inoperancia la frase cristiana “haz bien y no mires a quien”.

Las grandes potencias, con Estados Unidos como líder, practican un seudo-proteccionismo internacional aportando “ayudas, financiamientos blandos, donaciones, inversiones a largo plazo y etcéteras” que luego arrancan a los beneficiarios con creces en concesiones mineras, venta de terrenos a precios de vaca muerta, comercialización exclusiva de sus  productos industriales, compra y fomento de mano de obra barata y colonialismo cultural, haciendo algo parecido en sus territorios donde dan beneficios y prerrogativas paternalistas a sus ciudadanos pero se los cobran en impuestos y arbitrios municipales escandalosos.

Hace algunos meses en el periódico El Nacional apareció una singular foto mostrando habitantes de La Saona encaramados en un árbol buscando “señal” para sus celulares. Ahora vuelve a mencionarse la isla porque los Estados Unidos de Norteamérica han donado dinero para modernizar las estructuras del destacamento de la Marina de Guerra Dominicana. Recordemos: Ellos nunca dan algo a cambio de nada, pero no luce sensato frenar el cambio si en el mismo no se contempla regalar o vender La Saona y va implícito el no tener que treparse en un árbol para usar celulares, ya que, con esta facilidad, se podría comunicar o denunciar cualquier zancadilla de los “filántropos” universales acostumbrados a  dar cientos para sacar millones con la ayuda de corruptos locales. 

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