Los pacientes ingresados por infección por SARS-CoV-2 con los niveles de dos células del sistema inmunitario desequilibrados, los linfocitos T CD4 y CD8, tienen un peor pronóstico y multiplican por cinco el riesgo de morir, según un estudio liderado por investigadores del Hospital del Mar de Barcelona (noreste de España).
El estudio, que publica la revista «Frontiers in Medicine» y en el que también ha participado la universidades Pompeu Fabra y Autónoma de Barcelona, recomienda un abordaje terapéutico más agresivo en estos pacientes desde el mismo momento del ingreso y advierte de que esta situación puede repetirse en otras infecciones virales.
El trabajo ha descubierto que las personas que tenían un desequilibrio en el balance del sistema inmunitario antes de la infección por la covid-19 tienen 4,6 veces más probabilidades de morir por el virus y el doble de padecer problemas respiratorios.
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Según explicó el jefe de sección del Servicio de Enfermedades Infecciosas e investigador del IMIM-Hospital del Mar y del CIBERINFEC, Robert Güerri, «una de las piezas del sistema inmunitario en su lucha contra patógenos son los linfocitos T, que son los que confieren la inmunidad celular».
«Entre ellos, los más representativos son los linfocitos T CD4, centrados en organizar la respuesta inmunitaria, y los linfocitos T CD8, citotóxicos, encargados de destruir a los invasores. En una situación ideal, hay entre 1 y 1,5 linfocitos CD4 por cada linfocito CD8. Pero este balance no es estable y su desequilibrio supone un riesgo de contagiarse por SARS-CoV-2 y desarrollar la covid-19», detalló Güerri.
Según el infectólogo, «tener el sistema inmunitario equilibrado en la fase aguda de la infección es el que ofrece mejor pronóstico, con menor mortalidad y probabilidad de complicaciones. Pero si el equilibrio entre CD4 y CD8 es alto, con una inadecuada expansión de CD8, existe una peor respuesta a la fase aguda de la infección y, por tanto, peor pronóstico, más aprieto respiratorio y mortalidad».
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En este estudio, los investigadores analizaron los niveles de estas células y su balance en 388 pacientes ingresados por esta patología en el Hospital del Mar durante la primera ola de la pandemia.
Así han visto que aquellos pacientes que presentaban un ratio de CD4/CD8 superior al normal tenían 4,6 veces más riesgo de morir y el doble de probabilidades de sufrir aprieto respiratorio y necesitar apoyo.
Según el estudio, en caso de tener una relación de CD4/CD8 inferior a la normal, también se incrementa el riesgo, pero de forma más moderada: 2,7 veces mayor probabilidad de muerte.
«En el caso de las personas que tienen menos CD8 en la fase aguda, el virus puede afectarles de forma más importante. Además, dado que el número no se expande bien, el pronóstico es peor», remarcó Ana Pascual, autora principal del trabajo, que resaltó que esta conclusión es independiente de la edad y sexo de los pacientes.
Según los investigadores, la evolución del número de linfocitos está regulada por aspectos genéticos de cada persona, aunque está demostrado que el SARS-CoV-2 puede atacar a los linfocitos CD8, evitando su multiplicación para hacer frente a la infección y la enfermedad.
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Según Güerri, ante este hecho, disponer de la información sobre el balance del sistema inmunitario en el momento del ingreso de los pacientes puede permitir seleccionar aquellos en los que será necesario aplicar un abordaje terapéutico más agresivo para adelantarse a las posibles complicaciones que pueden producirse.
«Los resultados obtenidos demuestran la importancia de poner el foco en la importancia de monitorizar la respuesta inmunitaria, porque el hecho de tener una respuesta inmunitaria balanceada y equilibrada afecta al pronóstico», insistió Güerri, que admitió que hasta hora era algo que no se tenía en cuenta a la hora de abordar a los pacientes.
A su vez, los autores del estudio apuntan que este hecho puede ser aplicable a otras infecciones virales, consiguiendo así un marcador pronóstico precoz de la evolución de los enfermos.