Por Anna Jiménez
 Hay situaciones que impiden a los niños y niñas dormir bien y que deben ser tomadas en cuenta para darles la atención oportuna con el pediatra.

Investigaciones médicas reflejan que alrededor del 37% de los niños entre los cuatro y los 10 años tienen algún problema del sueño. Estos pueden ser:

 Las pesadillas, que por lo general tienden a desaparecer espontáneamente y se presentan cuando hay cambios en la rutina, de habitación o en periodos de estrés y transición como la entrada a la escuela. Las pesadillas se presentan avanzada la noche y se pueden recordar al día siguiente, lo que permite a los padres explicar que todo era un mal sueño. Para prevenirlas, hay que evitar las conversaciones, cuentos, programas, bromas o escenas desagradables y de miedo antes de dormir.

 Pavor o terror nocturno; este problema se presenta con mayor frecuencia entre los cuatro y los ocho años y ocurren por lo general cuando los niños y niñas se acaban de dormir y todavía no entran en estado profundo de sueño. Generalmente cuando despiertan no recuerdan lo sucedido. Para tratar de calmarlos, es necesario identificar y quitar fuentes de miedo de la habitación.

 Sonambulismo, también se presenta con mayor frecuencia entre los cuatro y ocho años de edad. No se debe despertar al niño o niña sino guiarlos nuevamente a la cama y, para evitar accidentes, tratar de eliminar objetos tirados, proteger escaleras y quitar todo lo que pueda hacer daño al caminar dormido. Dormir lo suficiente durante el día, reduce la frecuencia del sonambulismo.

 Apnéa del sueño, que consiste en hacer pausas en la respiración durante el sueño.

Por lo general los niños con esta condición roncan, su sueño es inquieto, se mueven mucho mientras duermen y tienen mucho sueño durante el día. Las causas pueden ser:   amígdalas o adenoides muy grandes; alergias nasales; obesidad o por dormir en mala posición.

 Narcolepsia, es la necesidad de dormir mucho en el día, se manifiesta por lo general en la pubertad.