Puerto Príncipe, 24 feb (EFE).- La capital haitiana vive momentos de gran tensión, después de que los rebeldes opuestos al presidente, Jean Bertrand Aristide, anunciaran que tomarán la capital en los próximos días, tras la caída de Cabo Haitiano.

Los rebeldes planean derrocar en las próximas horas al régimen de Jean Bertrand Aristide, aunque los opositores se encontrarán las barricadas levantadas en la entrada norte de la capital por los seguidores del presidente haitiano, que califica de terroristas a quienes controlan ya las tres grandes ciudades del norte y este del país.

Las emisoras de radio próximas al Gobierno han abierto sus antenas a los líderes de los grupos de base del partido gubernamental en un llamamiento para movilizar a los habitantes de los barrios populares de la capital en defensa del ex cura y mandatario.

«No podemos quedarnos de brazos cruzados», advirtió anoche Paul Raymond, del grupo TKL (Pequeñas Comunidades Eclesiales de base), basado en el popular barrio de La Saline, al norte de la ciudad.

«Levanten barricadas! Manténgase en pie!», exhortó Raymond a los partidarios del Gobierno, a quienes instó a defenderse «de todas las maneras y reconocer el enemigo para aplastarlo».

Raymond, enfurecido con los mediadores internacionales por haber prolongado 24 horas más el plazo que tenían los opositores de Aristide para responder a la propuesta de paz lanzada el sábado pasado, arengó a sus seguidores para que planten oposición a los rebeldes.