Tensión racial está lejos de desaparecer EU

Tensión racial está lejos de desaparecer EU

BIRMINGHAM, EEUU (AFP) – Décadas después de los episodios de violencia en el sur de Estados Unidos para poner fin a la segregación racial, Estados Unidos pide perdón, pero las tensiones raciales entre blancos y negros están lejos de haber desaparecido.

Diez días atrás, el Senado estadounidense pidió oficialmente perdón por no haber prohibido explícitamente los linchamientos, los crímenes racistas que provocaron alrededor de 4.750 muertos, la mayoría negros, entre 1881 y 1964.

El FBI reabrió recientemente una investigación sobre la muerte de un joven negro de Chicago, de 14 años, quien fue secuestrado y golpeado hasta morir por haberle silbado a una mujer blanca en 1955 en Mississippi. El cuerpo de Emmett Till fue exhumado cincuenta años después del crimen para tratar de encontrar a sus asesinos.

El martes último, 41 años después de los hechos, un ex responsable local del Ku Klux Klan, Edgar Ray Killen, de 80 años, fue reconocido culpable de los homicidios de tres jóvenes militantes antirracistas en 1964 en el corazón de Mississippi (sur).

Pero muchos negros dicen que esos gestos, aunque importantes, ocultan las aún serias tensiones raciales. Y algunos dicen que aún hará falta que pasen varias generaciones para que los abusos cometidos en la época de la esclavitud y la discrimación racial sean totalmente dejados atrás.

«Aún tenemos algunos auténticos problemas raciales en este estado», admite Horace Huntley, docente en la universidad de Alabama (sur), y que dirige un proyecto de historia oral en el Instituto de Derechos Civiles de Birmingham.

A pesar de los «enormes» avances de los negros del sur de Estados Unidos en materia social y política, la verdadera igualdad sigue bloqueada a causa de la pobreza paralizante, las fallas del sistema educativo público y de las dificultades que tienen los negros para ascender en la escala social en el mundo del trabajo.

«Si continuamos progresando a la misma velocidad que durante los últimos 30 años, alcanzaremos la paridad económica en 2332», calculó Huntley.

Los cambios sociales son significativos, pero lentos.

Desaparecieron los vergonzosos carteles del tiempo de la segregación con la inscripción «Sólo blancos». La violencia racial es ampliamente condenada. Los políticos negros son electos y las leyes que protegen a las minorías se aplican.

Pero una segregación informal aparece cuando las familias blancas acomodadas huyen del centro de las ciudades para instalarse en los suburbios o sus hijos van a escuelas privadas. Una ley que prohibía los matrimonios mixtos estuvo en vigor hasta el año 2000.

Y la bandera confederada –a menudo percibida como símbolo del esclavismo y del Ku Klux Klan– aún puede verse en numerosas viviendas, a pesar de que terminó por ser retirada del techo del Capitolio del estado de Alabama.

Cuando Maria Knolt, de 44 años, se mudó a una pequeña ciudad cerca de Montgomery (Alabama) hace dos años, sus vecinos –blancos– no fueron nada amables con ella.

Una mujer le dijo a los niños del barrio que irían al infierno si le hablaban a su hija. El vecino trazó un límite en el jardín y le pidió a Knolt que no invadiera su terreno, porque su propiedad se desvalorizaría si un negro ponía sus pies en ella. Sin hablar del pastor que no le estrechaba la mano y las banderas confederadas que empezaron a aparecer.

Pero Maria Knolt se quedó. «No se puede seguir huyendo todo el tiempo», sentenció.

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