«Teólogos de la prosperidad» invitan a fieles a dar para que Dios les devuelva

<STRONG>«Teólogos de la prosperidad» invitan a fieles a dar para que Dios les devuelva</STRONG>

PARÍS. AFP. «¡Donen 10 euros, Dios les devolverá mil!» Los «teólogos de la prosperidad» invocan «la ley divina del céntuplo» e incitan a sus millones de seguidores, muchos de ellos desheredados, en África, América Latina, Asia y ahora Europa, a donar dinero para que Dios les dé mucho más de lo que donaron.

Estos autodenominados «pastores», quienes se presentan como pentecostales, una corriente evangélica que surgió a principios del siglo XX, ganan adeptos en países y suburbios pobres.

Algunos de ellos poseen importantes riquezas. El más rico es el pastor pentecostal brasileño Emir Macedo, creador de una iglesia en Rio y dueño de un canal de televisión, quien ha vendido 10 millones de libros y dispone de una fortuna de 725 millones de euros, según Forbes.

La Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD) fue fundada en 1977 por Macedo, un exempleado de la lotería del estado de Rio de Janeiro.

Con su sede en Rio, reivindicaba en 2012 más de 13 millones de fieles y 5.000 iglesias en Brasil y estaba presente en 172 países. Las Iglesias evangélicas también crecen en África. Así, son cada vez más influyentes en Angola, donde ofrecen consuelo y prometen prosperidad a los desheredados en un país cuya riqueza petrolera sólo beneficia a una minoría.

Una velada de Año Nuevo en un estadio de Luanda terminó en una trágica estampida que dejó 16 muertos entre los fieles.

Los evangélicos tradicionales, los «pietistas», quienes provienen de la corriente radical del protestantismo del siglo XVII, basado en los evangelios, han expresado su preocupación por el crecimiento de tendencias de este tipo.

Así, el Consejo Nacional de Evangélicos de Francia (CNEF), en donde hay un centenar de «Iglesias de la Prosperidad», publicó un documento titulado «La teología de la prosperidad», contra «la visión errónea de la fe», el «discurso indecente», el «enriquecimiento personal» y la «manipulación» de los «falsos profetas de la prosperidad».

La elección de un papa procedente de un continente en el que vive el 40% de los católicos del mundo se inscribe también en la tentativa de la Iglesia católica de frenar el rápido avance de los protestantes evangélicos en los países en vías de desarrollo, no sólo en América Latina, sino también en África y en Asia.

Con 565 millones de fieles –107 millones de ellos en América Latina y el Caribe– los evangélicos representan poco más un cristiano de cada cuatro en el mundo, según estadísticas validadas por Sébastien Fath, del Centro Nacional de Investigaciones Científicas francés (CNRS).

Una cifra en constante aumento y que incluye los 200 millones de pentecostales o «Born again», corriente aparecida a principios del siglo XX en Estados Unidos, que hace hincapié en la acción y los dones del Espíritu Santo, como las profecías, las curaciones milagrosas y la liberación de los demonios; defiende el encuentro personal con Jesús y la conversión, alimentados en grandes reuniones de tono apasionado.

Al hecho de que esas iglesias atraen fácilmente a poblaciones a menudo pobres se agrega el sentimiento de que la Iglesia católica da la impresión de estar alejada de la población.

El clero católico, sumamente jerarquizado, ve aparecer además ciertas iglesias pentecostales de manera espontánea, con fieles que se declaran pastores.

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