Hemos visto algunos temas de la física que son fuera de lo común, como de sueños de hada. Cuando unos los lee por primera vez, no sabe si se han dedicado a tomarnos el pelo o es algo real, despertamos al saber que los resultados medidos en laboratorio y la naturaleza coinciden hasta el dígito 12 después del punto. ¡Caramba! Entonces la teoría cuántica no debe estar muy mal, aunque fue la que produjo el famoso comentario de Albert Einstein: “Dios no juega a los dados con el universo”, al rechazar la propuesta de Schroedinger.

El último sueño de Einstein y en el cual estuvo trabajando largos años, los últimos de su vida, fue crear una teoría que unificara y explicara todos los fenómenos de la naturaleza, el enlace entre la gravedad y los fenómenos atómicos y subatómicos. Entre Newton y Schroedinger. A ésta le llamaría: “Teoría del Campo Unificado”. Pensaba encontrar una ecuación(es) como era la costumbre.

Unos treinta años de duro trabajo de Einstein y sus discípulos no dieron resultados. Por tanto, se entiende que la propuesta del campo unificado durmiera un largo sueño, pues si la extraordinaria inteligencia de Einstein, et al, no lo había logrado, ¿para qué perder tiempo en eso?

No obstante, como suele suceder en las ciencias, avances que van lográndose poco a poco y que muchas veces no aparentar tener nada que ver con un problema pendiente, terminan abriendo un camino y encendiendo faros que iluminan la ruta de solución y hasta ésta misma. Surgió la Teoría de la Cuerda, cuando la oí me parecía que alucinaba.

Especialmente en las ciencias físicas y naturales lo que se ha logrado en las últimas dos décadas, quizá, más recientemente aún, en la última, han cambiado la forma de concebir el universo y de hacer las cosas. En Biología, Química, Física y sus hijas las Medicinas y las Ingenierías, es como si hubiéramos entrado en otro mundo, uno, donde podemos explicar y hacer cosas nunca soñadas, quizás ni imaginadas.

La teoría de la cuerda no se quedó sola, trabajando en ella, se llegó a la Teoría M, nadie sabe qué significa la M, quizá: misterio, milagro, maestra. Hoy esta teoría es una gran contendiente por la “faja” de la teoría del campo unificado. La M “está siendo descifrada todavía y quizá no sea posible hacerlo……, si no se logra no existirá una única teoría”, señala Stephen Hawking.

No obstante, vale la pena echar un vistazo, sencillo a qué se traen los científicos en este aspecto. La teoría M permite universos diferentes, con leyes aparentemente distintas dependiendo de cómo se curva el espacio interior. Es como si dijéramos que en vez de una ecuación como soñó Einstein fueran 1.0 con quinientos ceros, las ecuaciones diferentes, sólo que se solapan, tal como un edredón hecho de retazos, por tanto, pueden considerarse una ecuación. ¿Qué les parece?

La teoría M tiene once dimensiones, contiene no sólo cuerdas vibrantes, sino también partículas, membranas (branas) de dos dimensiones, “totumas” de tres dimensiones y otras más difíciles de imaginar que tienen hasta 9 dimensiones, se denominan p-branas, con p variando de 0 a 9.

¡Basta! El párrafo precedente es difícil de entender, así que nos limitaremos a decir que algunos cerebros privilegiados parecen que están en el camino de encontrar la relación entre las cuatro fuerzas de la naturaleza: gravedad, electromagnetismo, fuerza nuclear débil y fuerza nuclear fuerte, y, con ello, completar el sueño de Einstein en otra versión.