Es posible que personas influyentes conozcan poco o nada sobre la Teoría del Caos y del Efecto Mariposa; que tampoco hayan leído el Amén de Mariposas, una precognición poética de dichas teorizaciones, escrito en los 60. Un estudioso de la Física sabe que un puente colgante puede caerse por el ligero aumento de frecuencia de sus vibraciones, entrar en resonancia y desplomarse aparatosamente; y que una cigarra, aumentando su ruidoso canto, y sumándose a una serie de ruidos, puede explosionar una cristalería de seguridad.
De acuerdo a expertos la caída del muro de Jericó fue un artilugio físico de Dios, enviando a los hebreos a debilitar las murallas con las vibraciones de producidas por las pisadas de la multitud durante varios días consecutivos y, al final, sumarle un ruido estruendoso de cornos y voces estridentes, que hicieron que la argamasa que precariamente unía las piedras de los muros se deshiciera y estos se cayeran como si nada los sujetara. Cuestión elemental para el inventor de la materia y de las leyes físicas. Pero el verdadero milagro fue convencer al pueblo acerca de que algo de tan inocuo y de tan pueril apariencia resultaría.
Hay demasiados hechos comunes que por estar nosotros tan familiarizados con ellos ni siquiera nos damos cuenta de que son milagrosos. Alguien decía que lo más increíble es la realidad misma. Algunos, cuando dan un paso hacia el misterio, lo “descubren” y lo llaman ciencia. La mayoría de nosotros se pasa la vida usando un celular o un televisor sin imaginar siquiera, ni preguntarse tampoco, en virtud de qué funcionan.
Un milagro que todos vivimos constantemente es el de la comunicación. Creemos que por estar familiarizados con las palabras con las que nos comunicamos conocemos a la perfección las cosas a las que se refieren esas palabras. Nadie es capaz de describir y explicar totalmente un grano de arena, una hoja o un grano de arroz. Los epistemólogos suelen decir que no hay un solo aspecto de la realidad, por sencillo que sea, que estudiado a fondo no resulte demasiado complejo.
La teoría del caos dice que un aleteo de mariposa en Japón puede desencadenar una tormenta en Nueva York. Pedro Mir dijo que ciertas mariposas pueden desencadenar catástrofes. La muerte de tres frágiles mujeres desencadenó la caída del régimen más férreo y criminal de América.
Dios concibió un proyecto según el cual una tribu de monos tiene opción de ser parte de algo superior. Les comunicó su plan, les propuso leyes sencillas basadas en el amor. Marcó las fronteras con la bestialidad, y cómo, transponiéndolas, el plan abortaría: No se aten a nada, no hagan ídolos de cosas, ni de personas. Amen a Dios y al prójimo, solamente.
Cuídense de las inclinaciones a desoír estas reglas. No empleen el tiempo averiguando y practicando perversidades y originalidades.
Lo que importa es si nosotros aceptamos o no el plan que Dios nos propuso para sacarnos de entre los simios; o si queremos terminar como los monos, ¡A rabazos limpios!